Dos de los candidatos a la presidencia de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile rechazaron hoy las acusaciones de María Rozas, primera mujer que postula al cargo, sobre discriminaciones machistas en su contra.
Rozas, una dirigente del profesorado que milita en el cogobernante Partido Demócrata Cristiano (PDC), espera ganar las elecciones del viernes y sábado para sustituir en la presidencia de la matriz sindical a su coideario Manuel Bustos.
Los otros candidatos que se disputarán los votos de los 500.000 afiliados a la CUT son Arturo Martínez, del también cogobernante Partido Socialista (PS), y Manuel Ahumada, del opositor Partido Comunista (PC).
Martínez y Ahumada sostuvieron que el machismo "no es un elemento de peso" en la elección y afirmaron que su oponente levantó el tema para justificar la posible pérdida de liderazgo sindical del PDC.
Rozas, actual vicepresidenta de la CUT, señaló que debió enfrentar discriminaciones de género tanto para ganar la candidatura en el interior del PDC, como para llevar ahora a cabo su campaña ante las bases sindicales.
"Se ha levantado el machismo como forma de justificar una posible derrota del PDC en las elecciones, para poder decir que no perdió el PDC sino que ganó el machismo", afirmó Martínez.
Ahumada sostuvo a su vez que las versiones sobre discriminación son parte de la estrategia del "equipo comunicacional" de Rozas, "para presentarla como una especie de Mio Cid Campeador que lucha por representar a las mujeres".
La profesora sostiene que su condición de mujer le significa desventajas en su trabajo sindical y que en ese sentido debe enfrentar el doble desafío del machismo y de las "legítimas aspiraciones" de otros dirigentes sindicales.
Se quejó de que cuando ha debido subrogar a Bustos, los demás miembros de la directiva de la CUT no le dan el trato de presidenta.
"Me dicen mami o dueña de casa", afirmó.
Las elecciones de este fin de semana pondrán a prueba el liderazgo sindical del PDC, que ocupa la presidencia de la CUT desde la reunificación orgánica del sindicalismo independiente a fines de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
El régimen militar declaró proscrita a la antigua Central Unica de Trabajadores, fundada en 1992, que se reestructuró en 1989 conservando su sigla, pero bajo el apelativo de Central Unitaria.
Los comunistas, que dirigieron la CUT hasta el golpe del 11 de septiembre de 1973, aspiran a recuperar la presidencia de la central, luego de conquistar en 1995 el Colegio de Profesores y ganar posiciones en varias federaciones y sindicatos nacionales.
El avance del PC ha sido atribuído a una creciente decepción de las bases trabajadoras ante la política económica y laboral del gobierno del presidente Eduardo Frei, que el propio Bustos ha calificado de "pro empresarial".
Frei, del PDC, gobierna con el respaldo de la Concertación por la Democracia, conglomerado de centroizquierda que integran también los socialistas, el Partido Por la Democracia (PPD) y el Partido Radical Socialdemócrata.
El bloque PS-PPD que lleva como abanderado a Martínez, confía a su vez en que las bases sindicales supuestamente decepcionadas con los democristianos trasladen mayoritariamente sus votos a la propuesta socialista antes que a los comunistas. (FIN/IPS/ggr/ag/ip-lb/96)