El gobierno de Chile condenó enérgicamente el ataque registrado hoy contra la Escuela de Gendarmería de esta capital, en que resultaron muertos un uniformado y un delincuente.
Tanto el ministro subrogante del Interior, Belisario Velasco, como la ministra de Justicia, Soledad Alvear, se abstuvieron de calificar el hecho como "un atentado terrorista" a la espera de mayores antecedentes, aunque emisoras locales le dieron esa connotación por sus características.
Dos individuos que se movilizaban en un taxi robado perpetraron el ataque a la Escuela de Gendarmería, cuerpo uniformado dependiente del Ministerio de Justicia a cargo de la vigilancia y administración de los recintos carcelarios.
En la acción fue muerto, de un tiro de escopeta en el tórax, el gendarme Alex Villagrán, de 22 años, y resultó herido de gravedad el cabo primero Miguel Millar, quien fue trasladado de urgencia al Hospital de de la policía de Carabineros.
Al repeler el ataque, los gendarmes mataron a uno de los asaltantes, cuya identidad se mantiene en reserva, en tanto el otro se dio a la fuga, supuestamente herido.
El ataque, que Velasco calificó de "aleve y cobarde", se produjo alrededor de las 11,30 gmt en el área centro-sur de Santiago, cerca de la tradicional Avenida Matta, donde se encuentra la Escuela de Gendarmería.
El hecho de que el asaltante muerto usara peluca y el empleo de armas largas en el ataque llevó a emisoras locales a calificar esta acción como un acto "terrorista", que su suma a otros hechos recientes de características más o menos similares.
Durante marzo se produjeron por lo menos tres asaltos a bancos y empresas, también con el uso de armas largas y se denunciaron robos de sofisticados equipos de radiocomunicación.
En medios policiales se manejó la hipótesis de una reactivación de grupos armados de extrema izquierda, prácticamente desaparecidos desde 1993, que ahora actuarían en conjunto con delincuentes comunes.
Tanto el gobierno como los máximos jefes de Carabineros y del servicio de Investigaciones (policía civil) descartaron sin embargo que se pueda producir en el país un resurgimiento de grupos calificados como "terroristas".
Hasta el restablecimiento de la democracia en marzo de 1990, los grupos armados más activos eran el Frente Juvenil Lautaro y la llamada fracción autónoma del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que sufrieron luego una progresiva dispersión.
Algunos miembros de esos dos grupos y del antiguo Movimiento de Izquierda Revolucionaria intentaron conformar nuevos agrupamientos insurgentes que fueron desarticulados, según informes de los organismos de seguridad. (FIN/IPS/ggr/dg/ip/96)
