Más allá de los apasionados debates que provocó en vísperas de la Conferencia sobre la Mujer de Beijing, el concepto de género es aún desconocido en Chile, por lo que 11 universidades se han propuesto superar este vacío de innegables efectos sociales.
La construcción social de los estereotipos asignados a "lo masculino" y "lo femenino" fue uno de los principales temas de debate en el Cuarto Seminario Interdisciplinario de Estudios de Género de las Universidades Chilenas, realizado en Santiago en la primera semana de abril.
Las universidades se suman a esta discusión para entregar un marco teórico y posibilitar, a través de la investigación, un cambio de mentalidad que permita el desarrollo integral de los chilenos.
La situación de la mujer chilena y los papeles que corresponden a ambos sexos en la sociedad son analizados por las universidades, única instancia a nivel nacional que estudia interdisciplinariamente el tema del género.
Las investigaciones sobre la construcción social de los géneros como elemento determinante en el comportamiento de hombres y mujeres tienen como objetivo lograr cambios culturales que permitan un desarrollo solidario.
El concepto de género fue impugnado por sectores conservadores durante los trabajos preparatorios que el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) realizó en 1995 para la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en septiembre pasado en Beijing.
Los detractores del género focalizaron sus críticas en la supuesta ambigüedad de un término que, a su juicio, tendía a legitimar "la existencia de un tercer sexo".
"En el país recién empieza la discusión e investigación en torno al tema de género, a propósito del gran espacio que se produjo con la discusión de Beijing", indicó la socióloga Claudia Dides, quien cuenta con un posgrado de Género y Cultura en América Latina.
Dides señala que los chilenos recién empiezan a diferenciar las diferentes acepciones del vocablo género.
"Se confunden los géneros textiles con el término género como construcción social", dijo la experta en tono anecdótico.
Las universidades en los últimos cinco años decidieron integrar la temática del género a las aulas, a través de una serie de programas de estudios, la mayor parte de los cuales se consolidaron en íntima relación con la preocupación sobre la situación de la mujer en el país.
La creación de una Sociedad de Estudios de Género de Universidades chilenas es el principal logro de los investigadores que pretenden avanzar en el tema incorporando todas las disciplinas científicas.
En este cuarto seminario se analizó el comportamiento de hombres y mujeres desde el punto de vista de las ciencias sociales, la economía, la filosofía, la literatura y la medicina.
Al encuentro asistieron unas 60 personas, entre académicos, representantes oficiales, organizaciones no gubernamentales y mujeres pobladoras (habitantes de barriadas populares), quienes ya han manejado el tema a nivel práctico.
"Este es el primer espacio para iniciar el estudio y la discusión sobre el tema de género en el país, después de la dictadura" del general Augusto Pinochet (1973-90), señaló Dides.
En el seminario se advirtió la pasividad que afecta hoy a las organizaciones de mujeres, como la de casi todos los movimientos sociales que tuvieron en las dos últimas décadas un papel destacado en la lucha por el restablecimiento de la democracia.
Esta crisis de desinterés participativo contrasta también con el liderazgo que las mujeres chilenas tuvieron en América Latina durante las luchas sociales del siglo pasado, según la historiadora Marisol Pizarro.
"Con el retorno de la democracia se producen una serie de ajustes ínfimos en cuestiones legales, al poner en la opinión pública temas que tienen que ver con las mujeres", señaló Dides.
Las diferentes posiciones de los movimientos de mujeres chilenos frente a temas como la planificación familiar y el aborto debilitan sus propuestas ante el gobierno.
"El movimiento feminista chileno sufre una crisis grande, porque aún no se ponen de acuerdo las feministas institucionalizadas, que trabajan en instituciones de gobierno, y las que se quedaron en la discusión de la calle", señaló la historiadora Rosa Soto.
Para Soto es necesario que los temas de la mujer entren a las universidades para proporcionar el marco teórico a la lucha contra la discriminación presente en todos los ámbitos.
"El feminismo es una variable política e ideológica que surge fuera de las universidades. Las mujeres que entran a la universidad en los años 60 introducen este tema en las aulas", indicó la historiadora
Soto considera que las feministas latinoamericanas tienen la gran oportunidad de generar un movimiento social fuerte, al captar la atención que han perdido los partidos políticos.
Según Dides, es necesario que las mujeres desarrollen investigaciones acádemicas que apoyen sus reivindicaciones, tomando el concepto de género como categoría de análisis para interpretar el mundo.
Principal nivel exploratorio del tema tratado en el seminario fue la utilización del lenguaje en la sociedad como prisma a través del cual las personas se comunican y ven el mundo.
La periodista Carolina Muñoz señaló que pese a que el castellano es una lengua con especificaciones de género, en la mayoría de los casos son omitidas, obstaculizando las vías de expresión que permite a las mujeres dar cuenta de su mundo interior. (FIN/IPS/mjc/ag/pr/96)