Un nuevo sistema de vigilancia interactiva será aplicado en 10 cárceles de Chile como una forma de mejorar la calidad de vida de los reclusos y ayudar a su rehabilitación.
La Dirección Nacional de Gendarmería, dependiente del Ministerio de Justicia, pretende introducir este año un sistema de vigilancia que modifica las funciones de los guardias y humaniza los recintos carcelarios.
El proyecto se basa en la experiencia de las cárceles británicas, que no tienen garitas de vigilancia en los muros externos, los guardias no portan armas y los accesos principales son protegidos con un sistema informático.
Frank Morris y John Vecchio, expertos británicos de seguridad carcelaria, se encuentran en Chile para asesorar en la aplicación de este sistema interactivo al director nacional de Gendarmería, Claudio Martínez.
La modernización del sistema carcelario es una de las medidas que el gobierno piensa implementar para superar los problemas de hacinamiento y calidad de vida que presentan estos recintos, tras las críticas formuladas por observadores internacionales.
Nigel Rodley, relator de Naciones Unidas, entregó a la Comisión de Derechos Humanos del organismo internacional un informe donde critica el sistema carcelario chileno por las malas condiciones de vida de los reclusos, además de poner en tela de juicio el sistema de justicia nacional.
La cárcel El Manzano de Concepción, 515 kilómetros al sur de Santiago, la más grande de Chile, será una de las primeras donde se aplicará el nuevo sistema, sustituyendo las tradicionales torres de resguardo por cámaras de televisión.
Martinez llegó este lunes a la cárcel El manzano junto con los expertos británicos para analizar y diseñar el sistema de vigilancia y protección del recinto, que alberga a 900 reclusos.
El director de Gendarmería señaló que el costo total de programa a nivel nacional no está determinado aún, pero lo calificó de razonable "porque implica incorporar tecnología al perímetro de seguridad y el resto es más bien un problema de organización".
Morris, representante de la empresa Sharp, que fabrica todo tipo de elementos de seguridad para cárceles, indicó que esa firma está colaborando desde 1980 con Gendarmería en Chile.
En Gran Bretaña se utilizan sistemas más sutiles y menos directos para impedir la fuga de los presos, ya que el principal desafío es la rehabilitación.
Según Morris, la implementación de tecnología, como las chapas eléctricas, permite un mayor control sobre la población penal y optimización del trabajo de los funcionarios, evitando que un guardia "pase el día abriendo o cerrando un candado". (FIN/IPS/mjc/ag/hd/96)