Barbados y la Comunidad del Caribe (Caricom) presionan a gobiernos de la región para la celebración el mes próximo de una cumbre especial, en un intento de acelerar los planes de creación del largamente debatido mercado único.
Si las presiones dan resultado, los jefes de gobierno y Estado se reunirán en Barbados el 30 y 31 de mayo, justo antes de las conversaciones anuales previstas para revisar los esfuerzos realizados hasta el momento para la instalación del mercado único.
La carrera por poner en orden la casa del Caribe se produjo a la vez que los líderes del hemisferio toman medidas para la creación, en el 2005, de un Area de Libre Comercio de América (ALCA) que involucrará a más de 30 países.
Varias reuniones se han realizado para planificar la zona de libre comercio hemisférica, la última de la cuales se celebró en Argentina a fines del año pasado.
La reunión de Barbados tiene como meta la ejecución de pasos ya tomados para la concreción de un mercado único regional. Según los críticos, los gobiernos regionales se han movido a paso de tortuga para poner en marcha el proyecto.
Pero funcionarios de Caricom sostienen que han sido muchos los obstáculos que obstruyeron la toma de decisiones y su ejecución. En primer lugar, Caricom está restringido por una norma de unanimidad según la cual las decisiones deben ser tomadas con la aprobación de todos los gobiernos.
Ha resultado difícil lograr que todos los países avancen hacia el mismo objetivo en igual tiempo, sacrificando consideraciones nacionales en favor de objetivos regionales.
Las fuentes se refirieron a la cancelación por dos veces consecutivas de la entrada en vigor de la Tarifa Externa Común (CET), que unifica el impuesto a bienes extrarregionales llegados a territorios de Caricom, debido a que los gobiernos se negaron a ponerla en práctica o no estaban listos para hacerlo.
Se han firmado acuerdos para facilitar el libre movimiento de capital y trabajo en la región, y bancos centrales y comerciales convertirán las monedas de los países miembros. "Hemos hecho algunos avances, pero aún hay que mucho trabajo por delante", dijo Ivor Carryl, de la secretaría de Caricom.
Pero la convertibilidad monetaria, aunque acordada en principio, preocupa a los bancarios debido a las grandes diferencias de valor y las grandes fluctuaciones de las monedas de algunos de los estados integrantes.
Por ejemplo, el florín de Suriname se cambia a más de 400 cada dólar estadounidense, el dólar de Guyana a 139, el de Jamaica a cerca de 40, y el de Trinidad y Tobago a casi seis dólares norteamericanos.
El año pasado, el florín de Suriname se situó a 751 frente al dólar de Estados Unidos, y el gobierno debió tomar medidas de emergencia para comprar oro de mineros, venderlo rápidamente en el exterior y poner el dinero obtenido a disposición de los bancos comerciales, lo cual finalmente bajó la tasa de cambio. (FIN/IPS/tra-en/bw/da/lp/if-ip/96)