Observadores de la ONU iniciaron hoy el registro de las violaciones de los derechos humanos cometidas diariamente en Burundi, país centroafricano que parece encaminado al desastre a velocidad descontrolada.
La misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informará de sus hallazgos a las autoridades de Burundi y del organismo internacional, y hará recomendaciones para prevenir la escalada del conflicto étnico.
Cada semana mueren unas 100 personas víctimas de la violencia y miles son desplazadas. Incluso la capital es centro de ataques. Este domingo fueron asesinados en Kigali el teniente coronel Dieudonne Nzeyimana y el parlamentario Gerard Gahungu.
Durante los últimos dos años y medio, el país centroafricano ha sido sacudido por la violencia, la cual produjo la muerte de entre 100.000 y 200.000 personas, según las estimaciones, y el desplazamiento de muchas más.
Los seis millones de habitantes de Burundi se dividen en tres grupos étnicos. Alrededor de 85 por ciento son hutu, 14 por tutsi y uno por ciento twa.
El país centroafricano es escenario de brotes de guerra étnica y política desde 1950. La crisis actual comenzó en octubre de 1993 como un golpe de Estado de figuras del ejército de mayoría tutsi que mataron al primer presidente hutu del país, Melchior Ndadaye.
En el conflicto se enfrentan el ejército, milicias tutsi e insurgentes hutu, una fracción de los cuales, el Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia (CNDD), liderado por el ex parlamentario Leonard Nyangoma, se acuartelan en Zaire.
Pero la mayoría de las víctimas de Burundi son civiles, niños y ancianos tanto hutu como tutsi.
Este fin de semana, más de 20 personas fueron masacradas en Ruringanizo, una localidad en la sureña provincia de Bururi. Según la oficial Agencia de Noticias de Burundi (ABP), el ataque fue cometido por rebeldes hutu y "la mayoría de las víctimas fueron niños".
Los sobrevivientes huyeron a pueblos vecinos. ABP también informó sobre el ataque y allanamiento de varias posiciones militares en el área, y un sobreviviente entrevistado aseguró que los atacantes pertenecían al grupo de Leonard Nyangoma.
El CNDD ha jurado que destruirá al ejército, el cual ha sido acusado de matanzas indiscriminadas de civiles hutu, y que logrará "reinstaurar la democracia" en Burundi.
El ataque a Ruringanizo no fue el único registrado el fin de semana. Otras ocho personas murieron en el norte en Gasorwe, en la provincia de Muyinga.
"Los atacantes cortaron las orejas de algunas de las víctimas", y unas 3.000 personas dejaron sus viviendas para huir hacia una posición militar cercana, informó la ABP.
Este sábado el enviado especial de la Unión Europea (UE), Aldo Aiello, dijo que la situación en Burundi es "extremadamente peligrosa".
"Algo debe hacerse para controlar la situación, reducir la violencia y comenzar a trabajar en dirección a la reconciliación nacional, en lugar de prepararse para la guerra", advirtió el enviado de la UE. (FIN/IPS/tra-en/jbk/kb/lp-hd/ip/96)