Marchas por la reforma agraria y contra el desempleo promovidas por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) culminarán este miércoles en las capitales de 22 de los 27 estados de Brasil.
Más de 10.000 campesinos están marchando por las carreteras hace varios días, convergiendo en capitales estaduales o grandes ciudades del interior, donde habrá actos de protesta en demanda de tierras.
Además, como parte de la campaña, cerca de 1.500 familias ocuparon la Hacienda Santa Amelia, de 7.500 hectáreas, la madrugada del lunes en Caceres, en el centrooeste de Brasil.
Unas 4.000 personas "resistirán en el predio hasta el asentamiento definitivo", según el líder Jair Bergmann.
En Minas Gerais, en el centro del país, los cerca de 500 manifestantes fueron detenidos este martes por la policía, a 18 kilómetros de la capital del estado, Belo Horizonte, tras una marcha de 14 días por carreteras del interior.
La policía quiere impedirles la entrada a la ciudad con instrumentos de trabajo, como hoces, machetes y hachas, que los "sin tierra" portan tradicionalmente en sus manifestaciones y en varias ocasiones se convirtieron en armas mortales.
En el sur hace algunos años, un policía fue prácticamente degollado por una hoz, durante la represión a otra manifestación campesina.
El objetivo de esas múltiples marchas y actos es conquistar el apoyo de la población urbana, indicando que la reforma agraria ayuda a solucionar problemas de marginalidad en las ciudades. Por este motivo se sumó "contra el desempleo" en la consigna.
En Brasil hay 4,8 millones de familias campesinas, unos 12 millones de personas, carentes de tierra, según el MST, que coordina campamentos en todo el país en los que viven, en condiciones precarias y a la espera de asentamientos, más de 30.000 familias.
El gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso fijó como meta el asentamiento de 280.000 familias en sus cuatro años de mandato, que concluye a fines de 1998.
En este año serían 60.000 familias, pero el MST duda que se cumpla tal meta, ante el insuficiente presupuesto destinado al Instituto Nacional de Colonizacion y Reforma Agraria, y la lentitud de los asentamientos en el primer trimestre.
En 1995, el gobierno asegura haber asentado a más de 42.000 familias, cuando la meta era 40.000, pero el MST denunció como falsa esa cifra, por incluir a familias asentadas anteriormente a las que sólo el año pasado se les legalizó la posesión de la tierra. (FIN/IPS/mo/ag/ip/96
