BRASIL: Desempleo opaca celebración de Día del Trabajador

Brasil no enfrenta problemas de desempleo, sino de calidad de sus empleos. Esa explicación brindada por los economistas especializados en el tema no tranquiliza a los trabajadores, que temen una explosión del índice de desocupación similar a la argentina.

La tasa oficial de desempleo abierto es de 5,7 por ciento, una de los más bajas en un mundo agobiado por un supuesto "fin del empleo".

Los servicios y el sector informal absorben a quienes fueron expulsados por la industria, aunque en condiciones precarias, con bajos sueldos y sin derechos.

Pero ese mecanismo ya se está agotando, según investigadores de la Universidad de Campinas que detectaron la pérdida de 664.000 empleos entre agosto y marzo pasados, un tercio de los cuales en los sectores de servicios y comercio.

El número de despidos en ocho meses superó los 580.000 registrados en los 32 meses anteriores, cuando el país conoció un crecimiento económico, factor determinante del nivel de empleo, según expertos del Centro de Estudios Sindicales y Economía del Trabajo de la universidad.

En los últimos cinco años, unos 750.000 trabajadores, cerca de 30 por ciento de la mano de obra empleada en Sao Paulo, el estado industrial más fuerte de Brasil, fue despedida, de acuerdo a la Federación de las Industrias de Sao Paulo, que insólitamente propuso una huelga general por cambios urgentes en la política económica.

La capacidad de absorción del mercado informal se reduce. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística comprobó que en 1994 la cantidad de trabajadores no registrados legalmente aumentó 7,42 por ciento, índice que cayó a 3,26 por ciento el año pasado.

Las autoridades económicas atribuyen principalmente a la incorporación de nuevas tecnologías y al aumento de productividad la rápida reducción del número de empleos en la industria de transformación, rechazando acusaciones de que llevan a cabo una política recesiva.

"Es ignorancia o cinismo decir que los cambios tecnológicos explicam el desempeño del empleo", protestó el economista Edward Amadeo, de la Universidad Católica de Rio de Janeiro en un artículo publicado este lunes en el diario O Estado de Sao Paulo.

Los numerosos despidos en la industria se explican básicamente por pérdidas brutales en el comercio exterior, ante la apertura del mercado y la política cambiaria de sobrevaluacion de la moneda nacional conducida desde la adopción del Plan Real de estabilización en julio de 1994, sostiene el economista.

Según sus cálculos, el sector manufacturero perdió en 1995 los 14.000 millones de dólares que registraba en años anteriores en sus intercambios con el exterior, lo cual corresponde a 12 por ciento de su producto y explicaría la pérdida de empleos.

El aumento del desempleo en Brasil es inevitable, porque sectores como el financiero y el estatal, obligados a achicarse, despedirán a muchos trabajadores, señaló Amadeo.

Será necesario un crecimiento de seis por ciento en la economía nacional sólo para mantener el actual nivel de empleo, estimó. Incluso las proyecciones más optimistas prevén un crecimiento inferior a cuatro por ciento o este año.

El gobierno lanzó este lunes un programa de generación de empleos, destinando 6.000 millones de dólares para financiar obras de infraestructura en transportes y saneamiento, la construcción y otras industrias claves, como la textil y de calzados, a bajos intereses.

El fondo cuenta además con aportes del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, para aplicar otros 3.000 millones de dólares en áreas de mano de obra intensiva y ampliar la capacitación de los trabajadores brasileños.

Los sindicatos esperaban que el gobierno concediera un aumento del salario mínimo muy superior al 12 por ciento que fue otorgado. El sueldo de base es ahora de 113 dólares, uno de los más bajos del mundo.

Ante la "precarización" del empleo y la perspectiva de más despidos, el movimiento sindical admitió estar debilitado, especialmente porque el desempleo afecta en mayor medida a los trabajadores más organizados de la industria de transformación.

Las huelgas se realizan de manera dispersa, por empresas. El número de trabajadores involucrados en conflictos sindicales en 1995 representó la mitad del de 1993. (FIN/IPS/mo/dg/lb-if/96)

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