El proyecto de una gigantesca red ferroviaria que conecte los extremos de Asia volvió a las agendas de los gobiernos del continente interesados en fomentar el comercio interregional y el turismo.
El plan, creado hace 30 años, se propone unir, en el norte, los países del centro de Asia de la ex Unión Soviética a la península de Corea, mientras en el sur se extenderá desde Irán a Sri Lanka. La otra subdivisión acercará a los países de la península de Indochina al Sudeste Asiático.
La guerra fría demoró la concreción de los planes cuando se lanzaron en la década de 1960. En ese momento, además, Indonesia enfrentaba un período de inestabilidad.
El nuevo clima político y económico facilita el estudio del ambicioso proyecto con el estímulo de la Unión Europea (UE), la cual ve el potencial de una eventual unión desde el este al oeste de Europa.
El tema se plantéo durante la reunión de jefes de Estado y gobierno realizada en Bangkok el mes pasado, y Malasia se encargará de coordinar nuevos análisis del proyecto.
M. Rahmatullah, director de Transporte, Comunicaciones y Turismo de la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (ESCAP), dijo que "el regreso de la paz a Asia ha hecho pensar nuevamente en el proyecto de la red ferroviaria".
Estudios realizados por expertos de ESCAP dividen el proyecto de la red ferroviaria en tres subregiones. El corredor norte unirá la península de Corea con China, Mongolia, Kazajstán y la Federación Rusa.
El corredor sur acercará a Bangladesh, India, Iran, Nepal, Pakistán y Sri Lanka, y el tercero a Indochina y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Muchos países asiáticos ya cuentan con extensas vías ferroviarias, pero están escasamente conectados entre sí, lo cual limita el movimiento de personas y bienes. Una de las principales metas del plan es tender "los puentes que faltan".
Las mayores desconexiones se verifican entre India y Birmania, Birmania y Tailandia e Irán y Pakistán. La vinculación entre China y Laos y Camboya y Vietnam también es crucial para el éxito del proyecto.
ESCAP estudia ahora la unificación de las vías férreas de los distintos países, mediante la aplicación de tecnologías que permitan el pasaje de cargas de un tipo de vías a otro en los puntos de unión.
El acortamiento de las rutas de transporte entre varios países asiáticos y de Europa es el mayor beneficio de la red transasiática. Por ejemplo, la distancia ferrioviaria entre Corea del Sur y Europa se estima en la mitad de distancia de la ruta marítima.
Asimismo, la red será un foco de atención para turistas que llegarán desde Europa a los rincones más remotos de Asia y viceversa.
No obstante, grupos civiles y ambientalistas advirtieron sobre los peligros de la red transasiática, siendo sus metas el comercio y la industria turística.
La organización Hacia la Recuperación Ecológica y la Alianza Regional (TERRA) alertó que el plan no tiene en cuenta las comunidades locales que se verán afectadas, y acelerará la explotación descontrolada de los recursos naturales.
Los numerosos grupos étnicos de las montañas que viven en Laos, Vietnam y Yunnan se verán particularmente sacudidos por la red, como ocurrió en Tailandia, donde se acusa al desarrollo del turismo de la difusión de la prostitución y la adicción a las drogas.
La península de Indochina, rica en recursos naturales y ubicada entre China, país de rápido crecimiento, y las economías desarrolladas de Tailandia, Malasia y Singapur, es la opción más viable en el corto plazo para la inversión en el proyecto.
Trabajos de construcción ya están en marcha para unir la frontera noreste de Tailandia con Vientiane, la capital de Laos, a 26 kilómetros de distancia.
En un período de 10 años, más de 2.400 millones de dólares se invertirán para conectar a Tailandia con varias partes de Laos y en la construcción de una red en este país sin salida al mar. (FIN/IPS/tra-en/tg/cpg/lp/dv/96)
