Como los piratas de antaño que surcaban el Caribe capturando islas, y atacando y hundiendo barcos enemigos, autoridades de turismo de Jamaica se proponen recuperar la Fortaleza Augusta, construida en el siglo XVIII, para convertirla en atracción de visitantes extranjeros.
En la época de los piratas, Jamaica era un botín tan codiciado que ocho fortalezas con cañones protegían su capital. En la época de la colonia británica, la Fortaleza Augusta era la más importante de todas.
Con la caída del imperio británico, la fortaleza quedó sumida en el olvido y fue utilizada como prisión de mujeres. Ahora las autoridades pretenden destinarla a ampliar la oferta a los turistas que llegan a la isla caribeña.
Situada en un promontorio en la zona occidental de la bahía de Kingston, la Fortaleza Augusta será restaurada según su aspecto del siglo XVIII. Se recuperará el embarcadero, y los turistas podrán visitar un museo, un centro comercial y restaurantes.
La ubicación de la fortaleza es ideal, puesto que está rodeada por agua en tres lados.
El viejo fuerte que contribuyó a la existencia de la ciudad de Kingston retuvo durante los últimos 200 años sus muros de piedra y cañones. Algunas de las piezas fueron recuperadas del fondo del mar y otras desenterradas de la arena.
Se espera que una vez restaurado, el sitio se convierta en una fuerte atracción para cruceros que llegan a la bahía de Kingston, y las autoridades creen que fomentará la reputación de la capital como destino para los turistas.
Keith Knight, ministro de Seguridad Nacional, dijo recientemente a una radio local que las prisioneras serán ubicadas en otro edificio el año próximo.
Arqueólogos y autoridades del turismo sueñan hace mucho tiempo con la restauración y preservación de la Fortaleza Augusta y otros sitios similares. La revitalización del fuerte es parte de una estrategia para crear proyectos de turismo adicionales mediante la expansión del ecoturismo histórico.
El arribo de turistas a Jamaica se duplicará si "desarrollamos más seriamente estos productos turísticos", pronosticó Roderick Ebanks, director técnico de Arqueología del Fondo Nacional de Herencia de Jamaica.
Jamaica atrae alrededor de un millón de visitantes cada año. Muchos pasan su tiempo en la costa norte, donde se ubican los mayores hoteles, en áreas cercadas y protegidas por agentes de seguridad armados.
Pero la explotación de los sitios turísticos históricos requiere un cambio de imagen. Jamaica es un sitio violento con altos niveles de delincuencia y una realidad muy lejana del ideal descansado que según parecen creer los visitantes es uniforme en la isla de 2,5 millones de personas.
No obstante, Ebanks sostiene que la restauración de la Fortaleza Augusta como instalación turística es vital como parte del desarrollo de la herencia cultural jamaiquina y como producto económico.
Carolyne Hayle, directora del Plan de Acción Turística (TAP) del Ministerio de Turismo, dijo que la Fortaleza Augusta "tiene gran significado histórico, ya que tuvo tanta importancia como el fuerte de Port Royal", y podría ser un gran impulso al turismo y situar a Kingston como un foco de atención para los visitantes.
Pero el ambientalista Peter Espeut indicó que el mayor factor negativo para el desarrollo del proyecto son las aguas contaminadas de la bahía que la Fortaleza Augusta una vez protegió.
La bahía es contaminada diariamente con aguas residuales no tratadas, y en sus aguas se arroja basura. Fuertes pesticidas y residuos de otros productos químicos peligrosos de establecimientos agrícolas completan la indeseable mezcla.
Estas prácticas irrespetuosas del medio ambiente podrían plantear una gran amenaza contra la cual nada pueden hacer los cañones de la fortaleza. (FIN/IPS/tra-en/ml/fn/lp/cr-en/96)