Las economías de los países latinoamericanas antes del 2000 deben crecer a un ritmo de al menos seis por ciento anual, para evitar la persistencia de la pobreza en grandes sectores de la población.
Tal advertencia fue formulada en San José por el secretario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Gert Rosenthal, al abrir este lunes el vigésimo sexto período de sesiones ordinarias.
Las economías de los países latinoamericanos han crecido a tasas moderadas que no le han permitido recuperar el nivel de vida de 1980, si bien la situación es hoy mejor que en 1985, el peor momento de la crisis, dijo Rosenthal.
La CEPAL propuso en este período de sesiones que junto a los logros macroeconómicos, como la estabilización de precios, se intensifiquen las decisiones microeconómicas.
"El mensaje central de la propuesta es que estamos revalorizando la microeconomía", dado que la idea de la década pasada de que las decisiones macroeconómicas iban a resolver todos los problemas no resultó valedera, afirmó Rosenthal.
Esta propuesta apela a que se rescate el espacio para las políticas públicas, porque las fuerzas del mercado no lo resuelven todo. Eso implica que los gobiernos tomen acuerdos para favorecer sectores como la educación y la salud, añadió.
Un crecimiento de seis por ciento permitirá no sólo que las economías absorban los nuevos puestos de trabajo que demanda la población emergente, sino que más gente vaya saliendo del nivel de pobreza en que cayó en los años 80.
La CEPAL opina que para lograr el crecimiento propuesto se deberá aumentar el ahorro y la inversión, que cayeron bruscamente en esos años, en relación con décadas anteriores.
Según Rosenthal, es necesario que el ahorro pase en los próximos años del 17 por ciento actual a por lo menos 28 por ciento del producto interno bruto.
La propuesta es un reto que se le lanza a las economías latinoamericanas. De no alcanzarse ese desarrollo, se podría vislumbrar la mantención de la estabilidad y un crecimiento del 3,5 por ciento anual (igual al actual), pero con tasas de 50 por ciento o más de la población bajo el umbral de la pobreza.
El crecimiento promedio de 3,5 por ciento que han experimentado las economías latinoamericanas en los primeros cinco años de esta década no ha sido suficiente para dar empleo a los nuevos obreros.
Rosenthal afirmó que debe darse una cooperación entre los propios países de América Latina, dado que los donantes internacionales han reducido drásticamente la cooperación y los aportes que mantienen se dirigen en gran cantidad a Europa del Este.
"América Latina deberá ayudarse a sí misma a través de la cooperación intrarregional, ya esa cooperación ayudó, en algunos casos, a elevar las exportaciones del 13 al 25 por ciento, de manera que las fuerzas van a salir de cada país", comentó.
Para el ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Fernando Naranjo, quien inauguró el período de sesiones, en los próximos cinco años deberán consolidarse los logros económicos, pero los esfuerzos se deberán concentrar en la inversión social.
Además de salud y educación, los gobiernos deben dirigir preferentemente recursos hacia la construcción de viviendas, apuntó el ministro costarricense, quien destacó los esfuerzos de las economías centroamericanas de abrirse al mercado internacional y abandonar su viejo esquema cerrado.
La integración centroamericana, puesta también por Rosenthal como ejemplo de la cooperación intrarregional, fue destacada por Naranjo como uno de los esfuerzos exitosos de la región.
Como aspectos para mejorar el ahorro, la CEPAL planteó la estabilidad macroeconómica, políticas monetarias, crediticias, fiscales y comerciales consistentes, así como salarios adecuados.
Pero es necesario tomar medidas adicionales como estimular el ahorro previo para acceder a vivienda, desarrollar el ahorro institucional, reformando los sistemas de previsión y de seguros, y ofrecer incentivos tributarios a diversas formas de ahorro.
Para incrementar la inversión, según la CEPAL, resulta indispensable invertir en recursos humanos, mediante una ampliación del acceso a la educación, mejoras en la calidad de ésta, y una extensión de los esfuerzos de capacitación.
Además, resulta necesario complementar la política de liberalización con una de desarrollo financiero.
El encuentro de San José servirá para reflexionar sobre el futuro de CEPAL, dada la transformación que los países miembros pretenden del sistema de Naciones Unidas.
Al respecto, Naranjo destacó la importancia de que CEPAL no sólo se mantenga sino que sea fortalecida. (FIN/IPS/jlf/ag/if/96)
