El gobierno de Rusia y el Ejército de Estados Unidos se unieron para la construcción de un gigantesco depósito subterráneo de armas nucleares desmanteladas que pertenecieron a la antigua Unión Soviética.
En un ejemplo de la cooperación entre las potencias tras el fin de la guerra fría, el Ministerio de Energía Atómica de Rusia y el Centro de Programas Transatlánticos del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos coordinarán la instalación de un almacenamiento de plutonio y uranio altamente enriquecido.
La obra insumirá una inversión de alrededor de 300 millones de dólares. Estados Unidos suministrará la mitad de esa suma, y Rusia participará, eventualmente, en la construcción de un depósito similar en territorio del país norteamericano.
El depósito se ubicará en la antigua "ciudad secreta" denominada Chelyabinsk-65, cerca de Ozersk, 1.500 kilómetros al sudeste de Moscú.
La instalación constará de 21 edificios, entre ellos uno de descarga por vías férreas en el que se recibirán los materiales. Los materiales se trasladarán por medio de equipos a control remoto desde el edificio de descarga a sus destinos finales.
Una vez en su destino definitivo, las armas desmanteladas quedarán bajo control de la Agencia Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas, dijo el ministro de Energía de Rusia, Viktor Mijailov.
En el depósito se almacenará alrededor de 40 por ciento de todas las armas en base a plutonio de Rusia, que actualmente se encuentran en la planta química de Mayak y los centros nucleares Tomsk-7 y Krasnoyarsk-27, explicó Mijailov.
La empresa Bechtel, de San Francisco, Estados Unidos, firmó un contrato por 2,5 millones de dólares para el diseño, construcción y suministro de materiales del centro de almacenamiento.
Los expertos pensaron al principio en construir el centro de almacenamiento en Tomsk-7, en Siberia, pero esta opción fue descartada después de la explosión de uno de sus tanques de reprocesamiento en abril de 1993.
De todos modos, la esperanza de que el plutonio quede fuera de circulación se desvaneció debido a que Rusia renovó su intención de continuar, y aun incrementar, sus planes de reciclamiento de cabezas de misiles.
De acuerdo con este programa, se prevé procesar más de 12 toneladas de plutonio altamente enriquecido extraido de misiles nucleares decomisados en 1996 y entre 25 y 30 toneladas extraidas en 1997, dijo Mijailov.
El Ministerio de Energía Atómica desarrolló el año pasado nueva tecnología para reciclar casi seis toneladas de plutonio, luego de que empresas pertenecientes a la cartera cumplieron todas sus obligaciones internacionales en cuanto a destrucción y reprocesamiento de armas nucleares, agregó.
Expertos rusos bajaron el costo del desmantelamiento de un misil nuclear a entre 10.000 y 15.000 dólares. En Estados Unidos, la misma operación insume entre 50.000 y 100.000 dólares.
Mijailov añadió que expecialistas de los centros nucleares Arzamas-16 y Chelyabinsk-70 continúan trabajando en proyectos militares, fundamentalmente en garantizar la seguridad y confiabilidad de los sistemas de armas nucleares.
De todos modos, la conversión de la producción bélica hacia fines civiles está en marcha en 60 de las empresas de defensa del ministerio y en 30 de sus organizaciones de investigación.
La producción exclusivamente militar del Ministerio de Energía Atómica insumió apenas 10 por ciento de sus actividades.
El gobierno de Rusia considera que el plutonio tiene grandes posibilidades como fuente de energía. Rusia almacenó 100 toneladas de armas que contienen este material para desmantelar sus cabezas con esa finalidad.
La planta de reprocesamiento RT-1 de la Asociación de Producción Mayak, cerca de Ozersk, produce alrededor de 600 kilogramos de plutonio al año, y elaboraría 2,5 toneladas si empleara toda su capacidad. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/rj/en/96)