Un oficial retirado de la marina de Rusia será llevado este jueves ante un tribunal militar, acusado de incurrir en espionaje y traición al investigar la contaminación nuclear del océano Artico.
Se trata de Alexander Nikitin, quien realizó sus investigaciones en acuerdo con la Fundación Bellona, un grupo ambientalista noruego. La legislación rusa castiga el delito de traición con un mínimo de 10 años de cárcel e incluso con la pena de muerte.
Nikitin, detenido el 6 de febrero, es coautor de un informe divulgado en noviembre por la Fundación Bellona acerca de la base de submarinos nucleares de submarinos nucleares de Zapadnaya Litsa, en el Artico.
El material publicado forma parte de un gran reportaje sobre la contaminación radiactiva del Artico que la fundación noruega se propone difundir íntegramente a fin de este mes, en coincidencia con la reunión sobre seguridad nuclear que mantendrá en Moscú el Grupo de los Siete países más ricos del mundo.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia, sucesor de la agencia de contraespionaje KGB, no permitió hasta el viernes a Nikitin entrevistarse con su abogado, Yuri Schmidt, y durante casi dos meses le negó el derecho a la visita de sus familiares, reconocido por la constitución.
El caso de Nikitin, que se procesa en la ciudad de San Petersbugro, tuvo impacto en la visita que el presidente Boris Yeltsin realizó a Noruega, concluída con el compromiso de los dos países de colaborar en materia ambiental en el Artico.
Mientras se sucedían protesta contra la detención de Nikitin, Yeltsin anunció en Oslo que será retirada la demanda presentada contra la Fundación Bellona y se permitirá al acusado elegir su defensor.
La audiencia judicial prevista para el jueves tendrá carácter preliminar y Thomas Nilsen, de la fundación, manifestó esperanzas en que Nikitin "sea puesto en libertad bajo fianza hasta la formalización del proceso".
Nikitin, de 34 años y originario de Ucrania, se graduó en 1974 en la Escuela Naval Superior de ingenieros y hasta 1985 sirvió en la Flota del Norte, con base en Zapadnaya Litsa. Transferido a Moscú, se desempeñó hasta 1992 en la agencia de control de seguridad nuclear del Ministerio de Defensa.
Al fracasar su tentativa de ingresar en servicios civiles del área de seguridad nuclear, se empleó como vendedor de automóviles en San Petersburgo, y desde 1994 colaboró en proyectos específicos con la Fundación Bellona.
El caso afecta las crecientemente importantes relaciones de Rusia con Noruega. Las autoridades rusas han recibido ayuda de Oslo para combatir la contaminación industrial en la península de Kola, y la primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland prometió a Yeltsin conmtinuar esa asistencia.
Brundtland y Yeltsin también convinieron la creación de un fondo para la disposición final de residuos nucleares y promover de común acuerdo el desarme atómico internacional.
Así mismo, Noruega cumple funciones de mediación entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el caso de la proyectada ampliación de la alianza hacia el oriente de Europa.
Rusia considera ese plan una amenaza para su seguridad, pero después de visitar Oslo, Yeltsin declaró que retirará sus objeciones si la unión de los países de Europa central y oriental a la OTAN se limita a las estructuras políticas de la organización, y no al brazo militar.
Agentes de seguridad requisaron en octubre los archivos de la Fundación Bellona en la norteña ciudad rusa de Murmansk, por sospechar que contenían información secreta sobre la Flote del Norte.
Los archivos fueron examinados en el cuartel general de la marina de guerra, cuyos expertos hallaron "material perteneciente a la categoría de secreto de Estado"y Nikitin fue arrestado.
Pero ambientalistas rusos alineados junto a la Fundación Bellona replicaron que los servicios de inteligencia intentan ocultar información que evidencia la magnitud de la contaminación causada por la flota nuclear en Rusia septentrional.
La detención de Nikitin "fue un modo de obturar la filtración de datos acerca de la situación ambiental en las regiones de Murmansk y Arcángel", afirmó Svyatoslav Zabelin, presidente de la Unión Ecológico-social de Rusia.
"La acusación contra Nikitin se basa en la intención de encubrir información acerca del daño causado al ambiente" por las actividades de la marina, dijo Zabelin.
El Parlamento Europeo votó el 15 de febrero una declaración de apoyo a Nikitin, que fue considerada "una injerencia" por la cancillería rusa. El asunto fue tratado también por el Poder Legislativo de Suecia. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/ff/en hd/96).