La Organización Mundial de la Salud (OMS) prepara una campaña para extender el uso de mosquiteros de tul impregnados con insecticidas piretroides sobre las camas, como forma de salvar la vida de medio millón de niños africanos cada año, protegiéndolos de contraer la malaria.
Aunque el uso de mosquiteros impregnados con insecticidas no es una novedad, los insecticidas piretroides son considerados los más seguros, y se los prefiere a los compuestos organofosfóricos, que han demostrado ser dañinos para el sistema nervioso tras una exposición por largo tiempo.
El doctor Anatoli Kondrachine, jefe de la Unidad de Control de la Malaria de la OMS, informó que han sido seleccionados diversos países africanos en los cuales las organizaciones internacionales de asistencia y los propios gobiernos se encargarán de introducir el uso de los mosquiteros en gran escala.
Entre esos países se encuentran Mauritania, Kenia, Madagascar y Zambia. En primer lugar se identificarán ciertas áreas y grupos de población. "Los grupos de población podrían ser los niños menores de cuatro años y las mujeres embarazadas", dijo a IPS el experto de la OMS, en una entrevista telefónica desde Ginebra.
"Esto insumirá tiempo y recursos en cantidad, de manera que debemos formarnos una buena idea de las necesidades financieras, humanas, de entrenamiento y de otro orden, que es lo que ahora estamos haciendo", explicó Kondrachine.
El técnico espera que a mediados de junio los países elegidos estén en condiciones de presentar una lista de sus necesidades, y que la distribución de los mosquiteros en gran escala pueda comenzar dentro de un año y medio.
La lucha contra la malaria -enfermedad que mata más de un millón de personas cada año, en su mayoría en Africa- es destacada por la OMS en vísperas de celebrarse, este domingo, el Día Mundial de la Salud.
Los cuatro ensayos que la OMS acaba de realizar en el continente abarcaron a 400.000 personas en los territorios de Kenia, Ghana, Burkina Faso y Gambia. Las pruebas consistieron en proteger a los niños mientras duermen, cubriendo las camas, puertas y ventanas con mosquiteros impregnados en insecticidas.
Las muertes de niños por malaria se redujeron un tercio en Kenia y un sexto en Ghana. La tarea comprometió el trabajo de unos 500.000 investigadores de 20 institutos diferentes.
Estos ensayos fueron organizados y financiados por el Programa Especial de Investigación y Formación en Enfermedades Tropicales, que es dirigido conjuntamente por la OMS, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco Mundial.
El programa de pruebas se basó en una investigación efectuada anteriormente por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, que hace 15 años llevó a cabo ensayos en menor escala en Nigeria y Gambia. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/arl/he/96)