Africa subsahariana cosechará probablemente casi sólo decepciones en las reuniones que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) celebrarán en esta capital a partir del próximo domingo.
La deuda externa, las políticas de ajuste estructural y la necesidad de nuevos créditos, los tres asuntos más importantes para los delegados africanos, no fueron resueltos en las conversaciones previas al comienzo formal de los debates.
Una propuesta ratificada por el consejo directivo del Banco Mundial posterga para dentro de cinco años los planes de reducción de la deuda de 60.000 millones de dólares que los países más pobres mantienen ante organismos multilaterales.
De ese total, las naciones de Africa subsahariana deben 35.000 millones de dólares.
El recorte de obligaciones pretendido por Africa subsahariana sólo afectaría de momento las deudas contraídas ante el Club de París, de gobiernos acreedores, en caso de aprobarse en Washington la propuesta del Banco Mundial.
En efecto, el Banco Mundial exhortó a los miembros del Club de París a reducir 90 por ciento de sus títulos acredores y, también, a contribuir a un fondo de 8.000 millones de dólares para financiar la futura disminución de adeudos ante las agencias multilaterales.
Pero integrantes del Club de París están dispuestos a descartar la sugerencia, de acuerdo con informaciones recibidas en Washington.
La propuesta del Banco Mundial sólo califica a siete de los 48 países de Africa subsahariana como "elegibles" para la futura y condicionada reducción de deudas.
Se trata de Burundi, Guinea-Bissau, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe, Sudán, Zaire y Zambia. Hay un segundo grupo, que también podría ser considerado, y que comprende a Camerún, Congo, Costa de Marfil, Etiopía, Madagascar, Ruanda, Tanzania y Uganda.
Las naciones "elegibles" deberán esperar cinco años, hasta pasar por la prueba del segundo de los dos periodos previstos de ajuste estructural.
Todo lo que pueden obtener en esos años es "el compromiso de la comunidad internacional de aliviar la carga de la deuda sobre la base de un periodo ampliado de comprobación de gestión política", según la propuesta.
Las diferencias entre esa "comprobación de gestión política" y el ajuste que los países de Africa ya implementaron no fueron explicadas con claridad, aunque funcionarios del Banco Mundial advirtieron que las exigencias serán ahora más estrictas.
El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, anunció en marzo que se reuniría con el director gerente del FMI, Michel Camdessus, para resolver diferencias de las dos instituciones frente a la iniciativa para los países más pobres. Se ignora si ese encuentro ya tuvo lugar.
Tampoco hay certidumbre acerca de las dos fuentes de créditos blandos: la Asociación Internacional para el Desarrollo (IDA), del Banco Mundial, y los préstamos de ajuste estructural (ESAF), del FMI.
Para los numerosos países de Africa subsahariana que en los últimos 15 años perdieron su crédito comercial, el IDA y los ESAF representan importantes avenidas hacia el dinero.
Estados Unidos, que tradicionalmente ha aportado uno de cada cinco dólares percibidos por la IDA, demora sus contribuciones, y se teme que otros países imiten su ejemplo.
En el caso del futuro de los ESAF, el Fondo parece repetir lo que dijo en la última privamera boreal: que aguarda el acuerdo de alguno de sus accionistas dominantes para vender una fracción de sus granes reservas de oro, calculadas en 40.000 millones de dólares.
El plan del FMI consiste en utilizar parte de los ingresos por la venta de oro en apoyo de la propuesta del Banco Mundial para los países pobres.
La debilidad de Africa ante el Banco Mundial y el FMI está subrayada por su escasa presencia en esas dos agencias.
Sólo dos miembros no permanentes del consejo ejecutivo de 24 integrantes del Banco Mundial representan a los 48 países de Africa subsahariana. Los dos delegados cuentan en conjunto con menos de cinco por ciento de los votos.
La serie de reuniones previstas en Washington comenzarán el domingo con un encuentro entre los ministros de Finanzas del grupo de 24 países en desarrollo y el FMI. El grupo de los 24 está encabezado por Muhammed Yaqub, presidente del Banco Central de Pakistan.
El final se tendrá el día 23, con una conferencia de prensa del comité de desarrollo, llamado oficialmente "Comité Ministerial Conjunto del Consejo de Gobernadores del Banco Mundial y el FMI para la transferencia de recursos a los países en desarrollo".
El comité de desarrollo está presidido por el ministro de Finanzas de Marruecos, Mohammed Kabbaj.
Pero el poder real en el FMI y en el Banco Mundial reposa en el Grupo de los Siete países más ricos del mundo, conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón. (FIN/IPS/tra-en/ru/yjc/ff/if/96).