VENEZUELA: Parlamento quita alfombra a negociación con el FMI

El parlamento dejó a Venezuela sin un nuevo presupuesto para 1996, justo cuando este fin de semana el gobierno preparaba la cuadruplicacion de los precios de la gasolina para ingresar en la recta final de una negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La comisión de finanzas de la Cámara de Diputados, donde hacen holgada mayoría los partidos opositores Acción Democrática (socialdemócrata), Copei (socialcristiano) y Causa Radical (izquierda), rechazó el proyecto de presupuesto que presentó el gobierno y que debía aprobarse en una semana más.

"La decisión se deriva de la irresponsabilidad del gobierno, por la no presentación oportuna y realista del presupuesto", dijo el socialcristiano Gustavo Tarre, presidente de la comisión y partidario de una línea de oposición "dura".

El rechazo sería ratificado por la Cámara en pleno la próxima semana y obligaría el gobierno a "reconducir" (repetir) el presupuesto de 1995, lo que sujetaría nuevos programas a la obtención extraordinaria de recursos.

Más aún, queda en suspenso la capacidad del gobierno de atender reclamos de más de un millón de empleados estatales, de los cuales unos 150.000 maestros están en huelga y otros 700.000 empleados públicos realizan constantes paros y marchas.

También se resiente la negociación de un acuerdo con el FMI para inyectar a las finanzas públicas unos 3.000 millones de dólares, con los cuales desmontar controles a la economía y recuperar crédito internacional.

El parlamento, con su decisión sobre el presupuesto, deja al acuerdo gobierno-FMI desprovisto de un instrumento para aplicar las medidas de ajuste que acarrea, así como del programa que debe guiar el saneamiento de las cuentas públicas.

La decisión parlamentaria se produce justo cuando el gobierno daba señales de tomar medidas de ajuste que fuerzas opositoras han reclamado durante meses, como "sincerar" los precios de la gasolina y procurar la unificación del tipo de cambio.

La primera de esas señales fue reforzar el equipo gubernamental con el líder socialista -pero defensor de la necesidad de los ajustes- Teodoro Petkoff, como ministro de Planificación, y del dirigente empresarial Freddy Rojas, a cargo del despacho de Fomento (industria y comercio).

Una segunda, subir el precio doméstico de la gasolina, para llevar el litro de un promedio de tres centavos de dólar hasta otro cercano a 13 centavos, estaba a punto de instrumentarse y este sábado corrió el rumor de que las etiquetas con los nuevos precios eran despachadas hacia los expendios.

"Ahora que existe la disposición de hacer ajustes, el Congreso se niega a subir al mismo tren", comentó una fuente cercana a los negociadores del FMI, que el miércoles iniciaron una ronda "decisiva" con sus interlocutores en Caracas.

Según la fuente, "el FMI preferirá que se despeje el panorama político antes de resolver la firma de un acuerdo".

En un regreso al punto de partida, el gobierno necesita el aval del FMI para que otros entes multilaterales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, den luz verde a la obtención de otros 2.000 millones de dólares para programas que no alcanzan a financiarse con el presupuesto oridnario.

La comisión parlamentaria de Finanzas detectó que en el borrador de presupuesto presentado por el gobierno "hay insuficiencias por 4.000 millones de dólares", dijo Tarre.

El proyecto, por 17.000 millones de dolares, ya tenía sin sustentación unos 2.750 millones de dólares, que el gobierno planteó conseguir si el parlamento le autorizaba para buscar un "macrocrédito".

Pero junto a la "ingeniería financiera" y cuido de los aspectos legales, en una carrera contra reloj pues legalmente el nuevo presupuesto debía aprobarse antes del día 31, surgió el componente político, pues Copei solicitó un voto de censura contra el ministro de Hacienda, Luis Matos.

Para la oposición, el ingreso de Rojas y Petkoff al gabinete debe acompañarse con la salida de Matos, al que acusan de haber empantanado la gestión económica oficial en los últimos meses. Para el gobierno, es inconveniente cambiar al jefe de las finanzas en plena negociación con el FMI.

Es claro que para fuerzas de oposición resultaba un contrasentido pedir la destitución de Matos -automática si lo censuran dos tercios de los diputados- y a la vez aprobar el proyecto de presupuesto que presentó para este año.

El gobierno de Caldera sufre así un nuevo tropiezo en su negociación con el FMI. Sin embargo, "las medidas de ajuste son inevitables y se aplicarán con o sin acuerdo con el Fondo", dijeron fuentes del equipo negociador venezolano. (FIN/IPS/hm/dg/if/96)

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