Un cuarto de millón de trabajadores marcharon hoy en ocho ciudades de Venezuela, en una movilización sin precedentes para exigir alzas de salarios y protestar contra la gestión económica del presidente Rafael Caldera.
Las marchas se produjeron un día después que Caldera anunció medidas "amargas" y de inmediato impacto inflacionario, que se tomarán en los próximos días "cueste lo que cueste", como subir el precio de la gasolina y devaluar la moneda.
"Caldera debe despedir a su gabinete económico y hacer un cambio pero en beneficio de los trabajadores", clamó ante millares de seguidores en el centro de Caracas el presidente de la mayoritaria Confederación de Trabajadores, Federico Ramírez.
Este miércoles, los ministros entregaron una renuncia colectiva al presidente para facilitarle la recomposición del gabinete, a fin de que instrumente los ajustes "que exigirán sacrificios a todos", según adelantó Caldera.
Las marchas fueron convocadas por las cuatro centrales obreras y sindicatos independientes para exigir una política económica que detenga la inflación, alza de salarios de modo que con el ingreso mínimo se pueda comprar la canasta alimentaria básica, y en defensa de las prestaciones sociales.
Las prestaciones sociales son las indemnizaciones que se pagan al trabajador cuando cesa la relación laboral. Caldera asumiría el cambio del sistema mediante el cual se calculan, para aliviar el pasivo de las empresas y abrir la puerta a la instalación de fondos privados de previsión social.
Además de las marchas, este miércoles paralizaron sus labores durante 12 horas unos 150.000 empleados de estados y municipios, después que el lunes se paralizaron por igual lapso medio millón de trabajadores de organismos de la administración central.
Pos su parte, 140.000 docentes al servicio del Ministerio de Educación cumplieron el segundo día de una huelga "indefinida", que se sostendrá al menos hasta el lunes, informó el comando de conflicto del magisterio.
El conjunto de la movilización obrera llevará a un paro general contra las políticas de Caldera el día 20, confirmó a IPS un portavoz de la Confederación.
Las marchas de este miércoles fueron pacíficas, aunque en la ciudad agroindustrial de Barquisimeto, 300 kilómetros al oeste de Caracas, hubo choques entre policías y estudiantes que manifestaron paralelamente a la demostración sindical.
Además de la originalidad de efectuar marchas simultáneas en las ocho principales ciudades, las cuatro centrales obreras y un grupo de sindicatos independientes actuaron unidos y con consignas similares, lo que indica una recuperación de la iniciativa en un clima de agitación social.
Gremios de empresarios, la jerarquía católica y políticos de oposición advierten peligro de un "estallido social" este año, pero Caldera rechazó esa posibilidad "porque la gente sabe que la violencia no haría sino agravar sus carencias".
El economista independiente Gustavo García destacó que "una inflación de tres dígitos es socialmente insostenible en Venezuela, cuya economía no tiene capacidad de indexarse".
La incapacidad para indexarse está en que la mitad de la población ocupada trabaja en el sector informal, y a ella se agrega una alta tasa de desempleo (12 por ciento oficial, 20 por ciento según sindicatos), explicó García.
En Venezuela, la noción de estallido social remite al Caracazo de 1989, semana de desórdenes y saqueos que dejaron centenares de muertos y estallaron luego que transportistas independientes incrementaron de manera súbita sus tarifas, tras disponer el gobierno un alza en los precios de la gasolina. (FIN/IPS/hm/dg/ip- lb/96)