Venezuela "está convencida de la conveniencia de lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional", dijo hoy el ministro de Hacienda, Luis Matos, restando importancia al aplazamiento del viaje de una misión negociadora con el FMI.
"No creemos que sea una catástrofe mundial que se retrase por unos días el envío de la misión, mientras se despeja el panorama en el parlamento", dijo Matos, luego que los mercados cambiarios y bursátiles reaccionaron a la baja tras postergarse la misión el jueves.
El parlamento de Venezuela debe elegir este fin de semana su directiva, y se conformó una alianza de uno de los dos partidos oficialistas con dos de oposición que hace mayoría y puede echar por tierra leyes tributarias que propuso el Ejecutivo.
Venezuela pidió al FMI en octubre 3.000 millones de dólares para desmontar el control de cambios que el presidente Rafael Caldera implantó hace 20 meses, al intentar, en vano, apuntalar sus reservas internacionales.
El FMI demandó ajustes fiscales, campo en el que Venezuela tuvo en 1995 défict de cinco puntos del producto interno bruto, y en 1996 llegaría a siete, y para aumentar sus ingresos el gobierno presentó proyectos de nuevos tributos al Congreso.
En paralelo, los equipos técnicos que negocian se consideraron agotados, y Caldera decidió enviar a la sede del FMI en Washington una misión remozada con el líder socialista Teodoro Petkoff y el presidente del grupo estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Luis Giusti.
Pero esa misión, que va a la fase "definitiva", como la llamó Matos, casi nada nuevo llevaría en sus portafolios, pues el parlamento, en más de un mes de sesiones extraordinarias no aprobó los proyectos de incrementos tributarios.
"Para salir (hacia Washington) esperábamos por lo menos el cambio en el impuesto a las ventas", que el gobierno propuso llevar de 12,5 a 15 por ciento, dijo Matos.
También el Congreso debe pronunciarse sobre leyes de cobro a contribuyentes morosos, un polémico impuesto a las transacciones financieras y otros instrumentos de recaudación.
Según Matos, el jefe del equipo técnico del FMI que negocia con Venezuela, Carlos Muñiz, apoyó la decisión de aplazar el viaje de la misión venezolana hasta despejar las incógnitas asociadas al trabajo parlamentario.
Según opositores en el parlamento, como el radical Jorge Roig, la misión del FMI suspendió las negociaciones el 14 de febrero, desencantada con las vacilaciones del gobierno, que habría tratado de reclinar sus propias culpas sobre el Poder Legislativo.
"Por algo se llama proceso de negociación", replicó Matos, explicando que se trata de propuestas de uno y otro lado que reciben distintas reacciones y que por eso necesitan "un acuerdo político de todos los que lo respaldan" en Venezuela.
Este último aspecto alude a la presencia en la misión de Petkoff, ideólogo y ex candidato presidencial del Movimiento al Socialismo, un partido que quiere convertirse en "bisagra" entre la oposición y el gobierno en Venezuela.
Cuando se aplazó la misión, la Bolsa de Caracas reaccionó con una baja y el dólar paralelo trepó de 460 a 480 bolívares, contra una paridad oficial de 290, luego que la deuda externa venezolana bajó unos cuatro puntos su cotización en Nueva York, ubicándose en 53 por ciento de su valor nominal.
Matos disminuyó el valor de esta reacción de cara al acuerdo, pues "para el FMI son importantes los temas financiero y cambiario, pero el punto clave es el déficit fiscal".
A su lado en una rueda de prensa este viernes, el ministro de Planificación, Edgar Paredes, estimó que un acuero con el FMI puede lograrse "para mediados de abril". (FIN/IPS/hm/jc/if/96)