El alto mando militar de Venezuela se quejó ante el parlamento porque la crisis económica y fiscal merma sus quipos para tres cometidos esenciales: una hipotética guerra, un estallido social y el cuidado de las fronteras.
"Por insuficiencia de equipos antimotines, la Guardia Nacional no está preparada para disturbios de gran intensidad", dijo su comandante, el general Julio Peña, en una reunión de mandos militares con la comisión de finanzas del parlamento.
En un clima de inflación disparada, creciente desempleo, protestas de sindicatos y demostraciones callejeras, gremios de empresarios, la jerarquía católica y políticos de oposición advierten el peligro de un "estallido social" en Venezuela.
Henry Bencid, diputado de la oposición socialcristiana a cargo del área de seguridad y defensa en la comisión de finanzas, observó que en la Guardia -una fuerza militar que actúa como auxiliar de policía- la mayor parte del presupuesto se destina a gastos de personal.
Para una hipótesis de guerra exterior, los equipos de las Fuerzas Armadas se resienten por partida doble, tanto de la estrechez de recursos como del costo creciente del dólar, pues los sistemas de armas, sus repuestos y los contratos de repotenciación deben pagarse con divisas.
Venezuela se ufana de jamás haber ido a la guerra desde que se independizó de España a comienzos del siglo XIX, pero para la hipótesis de un conflicto externo se dotó de avanzados equipos en los años 70 y 80.
Los principales son 80 tanques franceses AMX-30, baterías lanzamisiles israelíes, 16 cazas franceses Mirage, 24 cazabombarderos estadounidenses F16 y seis fragatas misilísticas italianas del tipo Lupo.
Los tanques fueron repotenciados en un largo proceso (1985- 1995) pero quedaron con fallas, según develó un escándalo por corrupción en ese contrato, y el dinero para mantenimiento mayor de las fragatas se aplaza año tras año.
Ibrahim Sánchez, presidente de la comisión de finanzas de la Cámara de Diputados, observó que para las fragatas el presupuesto de 1996 prevé que se efectúe la contratación pero no los desembolsos, "por lo que habría que buscar un contratista que haga el trabajo sin saber cuándo cobrará".
El general Juan Paredes, comandante de la Aviación, habría dicho a los parlamentarios que esa fuerza "no tiene poder de disuasión", pues lo asignado para repuestos y potenciación de los Mirage "apenas alcanzará para neumáticos y baterías".
Trascendió que en la reunión parlamentarios-militares, a puertas cerradas el fin de semana, se planteó que las Fuerzas Armadas "en síntesis, no tienen equipos como para enfrentar grandes conflictos o cuidar adecuadamente las fronteras".
En este último frente, los militares enfrentan la incursión ilegal de mineros desde Brasil y Guyana pero, sobre todo, choques con irregulares de Colombia en varias zonas "calientes" en los 2.219 kilómetros de frontera.
El presupuesto de Defensa de Venezuela para 1996 alcanza a 960 millones de dólares, 5,6 por ciento de los gastos de la administración central, que destina 40 por ciento a pagos de deuda, la mitad de los cuales deuda externa.
También dijeron los mandos militares a los parlamentarios que, emulando a sus pares argentinos y brasileños, buscarán recursos propios con la prestación de servicios desde sus instalaciones. (FIN/IPS/hm/dg/ip-dv/96)
