VENEZUELA: Caldera liberará economía para salvar democracia

El presidente de Venezuela, Rafael Caldera, se comprometió hoy con un rápido desmonte del control de cambios y alzas al precio de la gasolina, con una dramática advertencia: si este año no mejora la economía, naufragará la democracia.

"Los que piensen en el 98 (año de las próximas elecciones generales) tienen que contribuir a que salgamos adelante en el 96. Sin el 96 no habrá 98", dijo el presidente al presentar al parlamento su segundo informe anual, correspondiente a 1995.

Abanderado del neopopulismo en una América Latina inmersa en procesos de ajustes neoliberales y apertura económica, el mandatario socialcristiano de 80 años parece decidido, después de dos años de desaciertos económicos, según la oposición, a torcer el rumbo.

Caldera se ufanó de la paz conseguida en los dos años que lleva de gobierno, por contraste con las cruentas rebeliones militares e inestabilidad política de 1992-1993, pero advirtió que la amenaza de una asonada sigue latente.

Este año es clave porque "absolutamente todas las perspectivas políticas suponen como condición indispensable que el país recupere la vía que tiene derecho a transitar, con la seguridad de estar definitivamente libre de madrugonazos", dijo el mandatario.

Su emocionado discurso estuvo rodeado de expectación sin precedentes para el rito anual de informes del Ejecutivo al Congreso, con partidos, organizaciones y gremios que pedían anuncios de medidas y "un programa coherente", a la vez que estallaban huelgas y protestas obreras.

El lunes se paralizaron 500.000 empleados públicos, este martes 140.000 docentes y para el miércoles las centrales obreras preparan paros de tres horas y marchas en las ocho principales ciudades del país, en demanda de mejores salarios y medidas para contener la inflación de más de 70 por ciento anual.

Gremios de empresarios, la jerarquía católica y políticos de oposición advirten peligro de una "explosión social", pero Caldera dijo que "no habrá estallido social porque la gente sabe que la violencia, lejos de solucionar sus carencias, no haría sino agravarlas".

Junto con medidas para reanimar la economía, diversos grupos de presión reclamaron un cambio en el gabinete, lo que puede producirse desde este miércoles, según dijo el ministro de Información, Fernando Egaña.

También se discute en el país sobre las bondades de un acuerdo de préstamo de 3.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre el que Caldera deshoja la margarita desde octubre, y este martes advirtió que "existe una fuerte corriente interna a favor de un acuerdo".

"Sin menospreciar lo que este acuerdo pueda significar en términos monetarios, lo que más importa es liberar inversionistas nativos y foráneos de las prevenciones a que las circunstancias y una tramada propaganda adversa los ha podido conducir", dijo Caldera.

Sostuvo que las definiciones económicas de su gobierno "son claras: los inversionistas nativos y foráneos pueden contar con plena seguridad jurídica". También señaló que "está dispuesto a tomar" las decisiones requeridas para estabilizar la economía.

Pidió ver esas medidas "como un conjunto: las que no puedan ser simultáneas serán sucesivas, pero en muy breve lapso", e insistió en que su gobierno las tomará "cueste lo que cueste, para sacar al país del atolladero de la inflación".

"Dentro de muy pocos días", al completarse un registro automotor para precisar cuáles vehículos de transporte público recibirán subsidios, "se hará el reajuste al precio de la gasolina", dijo el mandatario.

Caldera hizo entonces una pausa, y el parlamento produjo el más emotivo de los siete aplausos a su discurso. Cuatro años atrás, su antecesor Carlos Andrés Pérez fue aplaudido en una ocasión equivalente, con ruido de sables en los cuarteles, al suspender las alzas en el precio de la gasolina.

El actual mandatario basó su exitosa campaña electoral de 1993 en defender el subsidio de la gasolina en Venezuela, considerada la más barata del mundo.

"Dios sabe cuánto me ha costado esta decisión, pero estoy dispuesto a tomar toda medida que sea necesaria para ofrecer al país el final de su crisis", señaló.

La gasolina, que se expende a tres centavos de dólar el litro, pasaría a ocho centavos si se atiende el costo de producción y a 13 si se considera el valor de exportación.

"Vamos a desmontar el control de cambios, pero tomando precauciones para evitar que una ola especulativa vuelva a descomponer el mercado cambiario. Un factor es que las reservas internacionales se han recuperado, y que el precio del petróleo se mantiene por encima del que tenía en 1994", destacó.

Caldera implantó un control de cambios en junio de 1994, que devino en el principal dolor de cabeza para los agentes de la economía y resultó "un fracaso" para evitar la huida de capitales, según el Banco Central.

Luego de año y medio con una tasa de cambio oficial fijada en 170 bolívares por dólar, se devaluó en diciembre a 290 bolívares por billete verde, y una nueva devaluación estaría en marcha, mientras en el mercado paralelo la divisa estadounidense se cotiza sobre 500 bolívares.

Cuando se conoció en las plazas financieras de Nueva York que Caldera daba por bueno un acuerdo con el FMI, en su discurso de este martes, subió de precio la deuda venezolana, pero luego el optimismo en ese mercado se contrajo al cerrar la jornada sin fechas ni montos para los anuncios insinuados. (FIN/IPS/hm/dg/if/96)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe