Medio millón de empleados públicos de Venezuela hicieron hoy un paro de 12 horas y el bolívar siguió hundiéndose frente al dólar, a la espera de que el presidente Rafael Caldera anuncie medidas económicas "duras" este martes.
Caldera presentará al parlamento el informe de su segundo año de gobierno (1995) y aprovechará para anunciar medidas de ajuste de temido impacto inflacionario, tras lo cual se espera que también reajuste su gabinete, dijeron portavoces oficialistas.
Las medidas más temidas y esperadas son la devaluación -la segunda en tres meses-, un aumento sustancial en el precio de la gasolina, el desmonte de controles a otros precios, tarifas y tasas, y propuestas de nuevos tributos y de ahorro casi forzoso.
Recibirá las medidas una población exasperada por la carestía, con inflación anualizada de 73 por ciento, tres años seguidos de recesión, hundimiento de la moneda y creciente desempleo, por lo que gremios de empresarios, la jerarquía católica y políticos de oposición advierten sobre el peligro de "un estallido social".
En vísperas del mensaje de Caldera, medio millón de empleados públicos en todo el país hicieron un paro para exigir que el gobierno discuta una convención colectiva de trabajo y para protestar porque fueron excluidos de un reciente ajuste en el ingreso salarial mínimo.
Mientras Caldera hable a sus compatriotas el martes, 140.000 maestros iniciarán una huelg, y el miércoles se efectuarán paros generales de tres horas y marchas obreras en las ocho principales ciudades del país.
"No queríamos llegar a esto, pero no hay otro camino, con un ingreso mínimo que no alcanza para comprar la canasta alimentaria y del cual 22 por ciento es salario y 78 por ciento bonos", dijo Carlos Navarro, secretario general de la mayoritaria Confederación de Trabajadores de Venezuela.
Otras tres centrales obreras y sindicatos independientes, aliados a la Confederación, impulsan que el día 20 se realice un paro general para exigir mejor salario y la adopción de un programa económico "coherente y creíble".
La falta de ese programa y la adopción por el gobierno de medidas aisladas ha sido el factor más criticado a los dos años de la administración Caldera, incluyendo entre los críticos al Fondo Monetario Internacional, con el que se negocia un acuerdo de auxilio financiero.
La expectación por las medidas que anunciaría Caldera movió al alza el mercado cambiario, con un dólar que casi cada día establece un nuevo récord histórico desde que hace tres meses se devaluó de 170 a 290 bolívares por billete verde.
Este lunes, el dólar se cotizó a 524,85 bolívares en el mercado paralelo de bonos Brady de la deuda externa, en la Bolsa de Valores de Caracas, donde cambiaron de mano unos nueve millones de dólares de esos títulos.
La sed de dólares llevó a que mientras en Nueva York la deuda venezolana se cotizaba a 53,37 por ciento de su valor nominal, en Caracas los bonos Par-A de deuda externa se vendieron a 96,6 por ciento de su valor facial.
Caldera, que desistió de ir el fin de semana a Trujillo (Perú) a la cumbre presidencial andina con el fin de preparar su mensaje del martes, seguía concitando llamados para que anuncie una política económica "clara y que abra caminos para superar la crisis".
El socialista Cristóbal Fernández, que apoya a Caldera y preside el Senado, dijo que "el presidente tiene una gran oportunidad de proponer un programa concreto".
El opositor socialcristiano Ramón Aveledo, presidente de la Cámara de Diputados, declaró estar "seguro de que un político con la veteranía del presidente ha captado el mensaje que reclama un cambio de rumbo".
Venezuela, según el economista independiente Alexander Guerrero, "se encamina hacia un estado de 'shock', independientemente de las medidas que se anuncien este martes". (FIN/IPS/hm/dg/if/96)