Cuando Makhmud Sabirov se graduó hace nueve años, consiguió inmediatamente trabajo como ingeniero en una compañía estatal constructora de caminos, redes de irrigación y granjas.
Esto ocurrió en la época que Uzbekistán formaba parte de la Unión Soviética. Ahora la ex república es una nación independiente que persigue el ideal de la economía de mercado, y Sabirov se quedó sin trabajo.
Los contratos para su firma cesaron. Debido a sus propios problemas financieros, las granjas colectivas y otras entidades que usaban los servicios de la compañía redujeron abruptamente sus actividades de construcción.
"Primero nuestra organización redujo su personal y despues cerró", contó Sabirov. "Fué así que me encontré sin trabajo y con una familia y dos hijos que mantener sin ningún ahorro".
Entonces probó convertirse en granjero.
"Mis padres tienen una casa con un jardín y un huerto de verduras no lejos de la capital (Tashkent). Al comienzo ayudé a mi padre a vender fruta y verduras en el mercado local", recordó.
Muy pronto, el joven ingeniero unió fuerzas con un grupo de amigos para formar un equipo de constructores y realizar diversas tareas edilicias y de reparación de viviendas privadas.
"Al comienzo eso no requirió ningún desembolso de nuestra parte. Nos desempeñábamos bien con nuestras manos y nuestro deseo de trabajar. Las cosas marcharon hacia adelante y, a pesar que nuestra economía de mercado estaba solo dando sus primeros pasos, apareció un grupo de gente "próspera" que, naturalmente, quiso tener buenas casas".
Como pudo ahorrar algún dinero, Sabirov ahora quiere abrir su propia empresa. Está muy orgulloso que, al contrario de otros jóvenes ricos que montan negocios con el dinero de sus padres, esta haciendo todo solo.
Si bien Uzbekistán se esta desplazando hacia la economía de mercado sin el tipo de "terapia de choque" experimentada en otras partes de la extinta Unión Soviética y Europa Oriental, mucha gente no está preparada para afrontar la nueva realidad.
El cierre de empresas cuya producción no pudo encontrar mercado fué percibido como un desastre por esa gente, especialmente personal de ingeniería y administración, y aquellos vecinos a la edad pensionable. También se ha hecho más difícil encontrar trabajo a graduados universitarios y de escuelas técnicas.
Algunos han preferido convertirse en "comerciantes viajeros", como se los conoce, porque compran mercaderías en el exterior que luego venden a sus conciudadanos con alguna ganancia. No obstante, la mayoría todavía busca un trabajo estable en el campo, para lo cual fueron entrenados.
Alrededor de 216 centros de intercambio de trabajo fueron abiertos en poblaciones y áreas rurales de Uzbekistán, que registran a los desempleados y les informan acerca de vacantes. La demanda es particularmente alta para obreros calificados y gente capacitada en computación, o que habla lenguas extranjeras.
Muchos optan por esperar un trabajo afín a sus aptitudes o cambian la profesión a otra para la cual hay más demanda. La reformación profesional esta a cargo de los centros de empleo.
"La cantidad de gente de ese tipo sigue aumentando", señaló Batyr Alimukhamedov, jefe del Departamento de Demografía y Empleo del Ministerio de Trabajo.
"En 1994, un total de 215.000 personas se postularon para cambiar de profesión, en 1995 su número creció a 260.000, de las cuales casi el 60 por ciento ha obtenido trabajo. Según la información que disponemos, es uno de los índices más altos dentro de las repúblicas de la ex Unión Soviética", dijo.
Fuentes oficiales señalaron que el índice de desempleo en Uzbekistán oscila en el seis por ciento.
Skukhrat Akhundzhanov, director general del Centro de Relaciones de Negocios creado por el gobierno uzbeco y la Unión Europea (UE), declaró que solo mediante la promoción del empresariado y el desarrollo de pequeños negocios el país podrá asegurar un aumento del empleo entre sus 23 millones de habitantes.
En especial, la república ha instalado una Financiera de Negocios que otorga créditos con facilidades a pequeñas empresas de negocios y la compañía de seguros "Madad" (Apoyo).
Estadísticas oficiales mostraron que existen 32.000 pequeñas empresas en Uzbekistán. Alrededor del 64 por ciento de aquellos que trabajan en la economía no pertenecen al sector estatal.
El gobierno esta dando especial atención al empleo rural. Mas de 3,8 millones de personas todavía trabajan en las granjas, la mitad de la fuerza activa. En la última sesión del Iliy Mazhlis (Parlamento), el presidente uzbeco, Islam Karimov, expresó que el número de trabajadores agrícolas podía ser fácilmente reducido a 2,5 millones sin afectar la producción.
Para lograr ese cometido fué adoptado un programa especial que cubre un período hasta el año 2000, y prevé el desarrollo de industrias procesadoras de materias primas y servicios afines.
Programas regionales para el desarrollo de negocios privados pequeños tambien han sido desarrollados. Batyr Irgashev, titular de la Asociación Uzbeklegprom, que incorpora empresas de la industria liviana, aseguró que en los próximos años docenas de pequeñas factorías procesadoras de algodón surgirán en el campo. (FIN/IPS/tra-en/vm/ab/fn/ego/if).
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