UGANDA: Rebelión de fundamentalistas bíblicos asuela el norte

Cien civiles no combatientes murieron en Uganda, varios fueron secuestrados y un número indeterminado de granjas desaparecieron bajo las llamas desde que, hace un mes, los rebeldes lanzaron una nueva ofensiva desde sus bases en el sur del vecino Sudán.

Los militares creen que los objetivos inmediatos del llamado Ejército de Resistencia del Señor (LRA), que opera en el norte del país, consisten en obstaculizar el suministro de alimentos a los campamentos de desplazados en Sudán meridional y desorganizar los preparativos para las elecciones en Uganda.

Los vehículos que transportan a través de Uganda la ayuda a los campamentos de Sudán deben organizarse ahora en caravanas, y el LRA logró debilitar en el norte el apoyo de los votantes al presidente ugandés Yoweri Museveni.

La población de la zona norte manifiesta malestar ante las dificultades para poner fin a las violencia que demuestra Museveni, instalado hace 10 años en el poder.

Mientras, no se conocen los proyectos a largo plazo del LRA. El portavoz oficial de los rebeldes declaró en Nairobi a la emisora británica BBC y a La Voz de Estados Unidos de América que sus fuerzas intentan capturar Kampala, aunque no anunció planes de gobierno.

Tal vez esa incógnita se explique por los orígenes del LRA. Su jefe, Joseph Kony, un ex herbolario que no finalizó la escuela primaria, es primo de la "sacerdotisa" Alice Lakwena, que fue derrotada en 1987 a 160 kilómetros de su objetivo cuando marchaba sobre Kampala al frente de 20.000 hombres.

Kony, que comenzó su lucha en 1988, se considera al parecer el heredero espiritual de Lakwena.

Desertores de la guerrilla y rebeldes capturados por el ejército aseguraron que Kony cree ser guiado por el Espíritu Santo. En una asamblea del LRA, Kony afirmó que los insurgentes representan las nuevas generaciones, que deben destruir las anteriores.

El LRA ha dicho que pretende instituir los Diez Mandamientos de la Biblia, sin explicar los supuestos de ese proyecto. Más recientemente, aseguró combatir por la democracia pluripartidista, un pronunciamiento que podría concederle cierta legitimidad política.

El pluralismo es el principal asunto de debate en Uganda, especialmente en el norte, que se siente postergado por el sistema sin partidos que regirá en las elecciones presidenciales y parlamentarias a celebrarse en mayo y junio, respectivamente.

Museveni afirmó el viernes que la rebelión en el norte no tiene finalidad política, sino que es protagonizada por delincuentes sublevados "contra la sociedad y el gobierno constitucional".

Oficialmente, el gobierno y el ejército no reconocen ningún apoyo popular a los rebeldes. Pero extraoficialmente, muchos soldados creen que la presencia del LRA sólo puede explicarse por algún nivel de colaboración de los habitantes del norte.

El LRA, que habría sido armado por Sudán, según insiste el gobierno con respaldo en la confesión de insurgentes capturados, cuenta con un pequeño número de comandantes, que estarían dispuestos a "vencer o morir con Kony", expresó Betty Bigombe, una ministra residente en el norte.

El grueso de sus fuerzas está integrado por hombres y mujeres jóvenes secuestrados y llevados a las bases de la organización en Sudán, para obligarlos a combatir a los insurgentes sudaneses como contrapartida a la ayuda que Jartum proporciona al LRA.

Muchos de los secuestrados son niños, escogidos por ser de fácil adoctrinamiento e ignorar el temor en la batalla. Las adolescentes son entregadas generalmente a los comandantes como esposas, y se dice que Kony tiene 28 mujeres y numerosos hijos.

La población del norteño distrito de Gulu, exhausta tras 10 años de violencia y escéptica frente a la vía militar, propone el diálogo con los insurgentes.

Pero Museveni advirtió claramente la semana última que rechaza la alternativa de la negociación. "Soy decididamente opuesto a esa idea", consignó el presidente en un artículo de prensa.

El gobierno tampoco está dispuesto a ampliar a Kony la amnistía concedida a los rebeldes que deponen las armas.

Museveni, que llegó al poder en 1986, al frente de un movimiento guerrillero triunfante, aseguró que el ejército estará en condiciones de derrotar a los rebeldes el mes próximo, cuando reciba tecnología militar adquirida en el exterior. (FIN/IPS/tra- en/ab/oa/ff/ip/96).

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