La nueva coalición de gobierno en Turquía constituída este fin de semana está integrada por dos partidos de centroderecha que fueron otrora encarnizados enemigos, aliados ahora para impedir el acceso al poder del sector islámico Refah.
El Partido de la Vía Justa (DYP), de la primera ministra de transición Tansu Ciller, y el movimiento Madre Patria (ANAP), liderado por Mesut Yilmaz, lograron su acuerdo, según distintas versiones, por recomendación de empresarios y militares, y gobernará aunque no cuenta con mayoría en el parlamento.
Si bien podrían no resistir unidos hasta el fin de la década y actualmente no conforma a nadie, esta alianza, paradigmática de los "matrimonios por conveniencia" característicos de la política turca, fue bautizada "el gobierno del 2000" por medios periodísticos.
El Partido de Izquierda Democrática (DSP), de Bulent Ecevit, prometió que se abstendría en la votación secreta en el parlamento, lo que permitirá a la coalición controlar el gobierno con menos de la mayoría absoluta de 276 votos.
Los secularistas turcos, aunque insatisfechos con el desempeño de Ciller y Yilmaz, quedaron encantados por la forma como se excluyó a Refah del gobierno.
La política de Turquía estaba en un callejón sin salida hasta la semana pasada.
Cuatro partidos se repartieron la mayoría de los votos en los comicios de diciembre. Refah fue el que obtuvo más sufragios (21 por ciento), seguido por la ANAP (20 por ciento), el DYP (19 por ciento) y el DSP, que concitó 16 por ciento de las adhesiones.
Erbakan, el líder de Refah, y Ciller encabezaron por separado las negociaciones para la constitución del gobierno.
Una alianza entre ANAP y Refah parecía factible la semana pasada, hasta que Yilmaz anunció que "desafortunadamente" eso no ocurriría debido a "diferencias de mentalidad".
Inmediatamente, Yilmaz y Ciller dejaron de lado sus desacuerdos y crearon la coalición.
"Cuando los militares se dieron cuenta que un acuerdo entre Refah y ANAP podría funcionar, los comandantes decidieron frenarla", dijo Ilnur Cevik, editor del periódico en idioma inglés Daily News, de Ankara.
Yalcin Dogan, del diario Milliyet, de Estambul, fue aun más lejos y sostuvo que el fascista Partido de Acción Nacionalista (MHP), liderado por Alpaslan Turkes, operó como mediador entre los comandantes del ejército y los partidos políticos.
"No permitiremos que Refah tome el poder", dijo Ciller cuando visitó al jefe del Comando General del Ejército, Ismail Hakki Karadayi, según el periódico.
La mayoría de los dirigentes de los distintos partidos turcos permanecieron en silencio mientras trascendía información sobre el presunto involucramiento de los militares en cuestiones de gobierno.
Pero el presidente de Turquía, Suleyman Demirel, el asistente jefe del Comando General del Ejército, Cevik Bir, y Karadayi negaron las especulaciones y sostuvieron que los militares estaban comprometidos con la democracia.
Erkaban dijo que las negociaciones entre la ANAP y Refah fueron infructuosas porque los industriales no estaban de acuerdo con un gobierno que contara con la participación del partido islámico, pues temían que eso le quitara brillo a la imagen secular de Turquía frente a sus socios europeos.
El nuevo primer ministro, hasta fin de año, será Yilmaz. Ciller asumirá entonces por los dos años siguientes y Yilmaz retornará el cargo en el cuarto. La ANAP y el DYP aspiran a converger en el quinto año, cuando se celebrarán elecciones generales.
Esta coalición pretende reunir cientos de miles de millones de dólares mediante privatizaciones, especialmente de bancos estatales y fondos de seguridad social, de acuerdo con un ajuste estructural acordado con el Fondo Monetario Internacional.
Según los críticos, lo obtenido en esas ventas será usado para cubrir gastos del gobierno y no en inversiones.
"La plataforma de la coalición implica un ataque violento a los trabajadores", dijo a IPS Saruhan Oluc, del recientemente formado Partido de la Libertad y la Solidaridad, de tendencia izquierdista, que se puso "en pie de oposición contra el nuevo gobierno de los militares y el gran capital".
El Partido de la Democracia Popular pro kurdo (HADEP) calificó la nueva coalición como "gobierno de la violencia", y auguró este lunes que no habrá "solución pacífica al problema kurdo" desde el gobierno". (FIN/IPS/tra-en/nm/fn/mj/mm ip/96)