SUDAN: Guerra de todos contra todos destruye el sur

La miseria presente en Sudán meridional durante los últimos 13 años se agravó en 1995 debido a la creciente ferocidad de los combates que los grupos rebeldes libran entre sí y contra el ejército regular.

Conflictos étnicos, robo de ganado y enfermedades azotan el sur, donde unas 500.000 personas murieron por causa directa o indirecta de la guerra, que estalló en 1983, cuando el coronel John Garang, del Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA) tomó las armas para luchar por la autonomía a la región.

La guerra se complicó en agosto de 1991, como consecuencia de la división del SPLA. Desde entonces han surgido numerosas facciones rebeldes, que se enfrentan violentamente entre sí por motivos étnicos y políticos.

En zonas de las provincias de Bahr el Ghazal, Jonglei y Alto Nilo, los combates entre grupos insurgentes son más frecuentes que las batallas contra las fuerzas del gobierno.

La corriente principal del SPLA, que tiene el apoyo de la etnia dinka, pretende la autonomía para el sur, donde prevalecen clturas tradicionales y cristianas.

Mientras, el Ejército por la Independencia de Sudán Meridional (SSIA), cuyos milicianos pertenecen mayoritariamente a la tribu nuer, exige la independencia del área.

También interviene el SPLA-Unido, que recluta sus combatientes entre la etnia shilluk y es enemigo del SSIA, aunque todavía no se tiene información de choques entre esos dos grupos. A las tres grandes organizaciones rebeldes se agrega la presencia de pequeños grupos armados.

"Las facciones asesinan y saquean ganado en Bahr el Ghazal", aseguró un civil que visitó esa provincia, a la que considera inhabitable. "Los pobladores están aterrorizados y muchos huyen al norte", advirtió la fuente.

Unos tres millones de sureños desplazados han buscado refugio en precarios campamentos levantados en los alrededores de Jartum, unicada en el territorio del norte, de población árabe e islámica.

Miles de habitantes de Jonglei y Alto Nilo fueron muertos o abandonaron esas provincias desde el cisma rebelde de 1991. Pobladas principalmente por nuers y dinkas, las dos provincias han sido escenario de episodios de violencia étnica sin precedentes en la historia contemporánea de Sudán meridional.

Nuers y dinkas son rivales tradicionales, y la matanza crece a causa de la presencia de armas modernas en el área. "Antes de la guerra civil, las tribus de Jonglei y Alto Nilo se enfrentaban con lanzas, pero ahora, gracias al SPLA y otros grupos insurgentes, disponen de armas automáticas", dijo un funcionario internacional.

El SPLA informó recientemente que cientos de personas fueron asesinadas y miles de reses robadas por el SSIA, brazo armado del Movimiento por la Independencia de Sudán Meridional (SSIM).

Mientras, el líder del SSIM, Riak Machar, envió una carta a Garang para protestar por la masacre de 145 no combatientes y el saqueo de 4.000 cabezas de ganado por el SPLA en Jonglei.

«La atmósfera está muy cargada, y este año podrían repetirse en Sudán meridional los disturbios de 1991 y 1993. Si eso ocurriera, el sufrimiento de la población sería muy grande", declaró a IPS David de Chand, portavoz del SSIM en Nairobi.

La lucha de facciones obstaculiza la distribución de alimentos en el sur, advirtió Phillip O'Brien, coordinador de la Operación Salvavidas para Sudán (OLS), de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Las tres provincias afectadas "son campo de guerra para varios jefes insurgentes, y la inseguridad prevalece en todas su formas", manifestó O'Brien.

"Incursiones de milicianos provocaron en zonas de Bahr el Ghazal la destrucción de silos de granos, y sabemos que los combates expulsaron de Sobat a pescadores y pastores", agregó.

La inseguridad obligó a suspender en las áreas ajenas al control del gobierno la campaña lanzada en 1995 contra el sarampión y otras enfermedades, y los centros de salud fueron clausurados.

El acceso del público a los servicios de salud en el norte de Bahr el Ghazal se redujo de 36 por ciento de la población en 1994 a cuatro por ciento en 1995, y sólo 4.000 niños fueron vacunados contra el sarampión el último año, una cantidad equivalente a seis por ciento de la inmunización lograda en 1994.

La OLS, creada en 1988, luego de que 300.000 personas murieran de afecciones provocadas por la desnutrición, informó el aumento en 1995 de la incidencia de la diarrea y de la fiebre tifoidea.

La ayuda alimentaria deberá aumentarse este año para un millón de personas, según evaluaciones realizadas por la OLS en 60 localizaciones.

El saqueo de los rodeos y la pérdida de reservas de alimentos han vuelto frecuente el hambre y la desnutrición entre los cinco millones de habitantes de Sudán meridional.

Las agencias de la ONU han solicitado 107,6 millones de dólares para asistir este año a 4,5 millones de personas en el país.

En tanto, la inseguridad cerca al personal de las organizaciones de asistencia. En efecto, unos 40 miembros de esos grupos "fueron tomados en 1995 como rehenes, en tres episodios distintos", informó O'Brien. (FIN/IPS/tra-en/mn/jm/kb/ff/ip pr/96).

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