El temor de una división étnica cunde en Sierra Leona cuando la ciudadanía se prepara para votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, porque ninguno de los 13 contendientes obtuvo la mayoría necesaria del 55 por ciento para la jefatura del Estado en la primera ronda del 26 de febrero.
En la segunda vuelta, se verán enfrentados Ahmed Tejan Kabba, del Partido Popular de Sierra Leona (PPSL), que es fuerte en el sudeste, y el Partido Popular de Unidad Nacional (PPUN) liderado por John Karefa-Smart, un nordista.
El comicio tendrá lugar dentro de dos semanas si el Consejo Nacional Electoral Provisorio (CNEP) puede reunir las finanzas y logística requeridas, pero sería anulado si ambos contendientes acuerdan un compromiso electoral.
Los resultados finales de la primera ronda, que el CNEP anunció el sábado por la noche, mostró que Kabba se adjudicó el 35,8 por ciento de los votos, seguido por Karefa-Smart con el 22,6.
En las elecciones parlamentarias, tambien realizadas el 26 de febrero, solamente cinco de los 13 partidos en carrera lograron superar al menos el cinco por ciento de sufragios, el mínimo requerido para tener derecho a un escaño en la legislatura.
Los cinco fueron el PPSL (36,1 por ciento), el PPUN (21,6), Partido Demócrata Popular (PDP-15,3), Congreso de Todo el Pueblo (CTP-5,7) y el Partido de Unidad Nacional (PUN-5,3).
El titular del CNPE, James Jonah, declaró que alrededor del 60 por ciento de 1,6 millones de votantes registrados concurrieron a las urnas y observadores internacionales, además del grupo de la Comunidad Británica, señalaron que la consulta fue "justa".
En una declaración conjunta, elogiaron "la capacidad de adaptación y el coraje de los sierraleoneses para desafiar la inseguridad en su país, al salir al abierto en cientos de miles para sufragar".
Añadieron que "esta es la esperanza más brillante para la democracia…"
La declaración de los observadores contradijo las denuncias de Abass Bundo, lider del Partido Progresista Popular (PPP), y John Karimu, jefe del PUN, acerca de "graves irregularidades que afectaron los resultados".
Ambos candidatos presidenciales enviaron el miércoles sendos mensajes al brigadier Julius Maada Bio, titular del Consejo Nacional Provisorio de Gobierno (CNPG), demandando la anulación del comicio, a pesar que esas protestas debieron formularse ante la Fiscalía del Estado una vez que se conocieron los resultados.
"Las denuncias fueron rechazadas porque surgieron "a raíz de la frustración por su incapacidad de ganarse el corazón de los sierraleoneses", como dijo un editorial del diario "Expo Times".
De todas maneras, las elecciones propiamente dichas no fueron bien manejadas, según señalaron observadores políticos.
En primer lugar, el CNPE debió luchar contra carencias logísticas -no solo la dificultad de organizar la consulta en la mayoría de las regiones afectadas por la insurrección iniciada en 1991 por el Frente Revolucionario Unido (FRU)-, sino lo que pareció ser un intento de último minuto para bloquear las elecciones.
A pocos días del comicio, la aerolínea privada contratada por el CNEP para transportar funcionarios y material de las elecciones, comunicó al Consejo que no podía volar a las provincias "por razones de seguridad". La aerolínea, Soruss Air, es propiedad de Stephen Bio, el hermano del jefe del Consejo.
El CNEP se vió obligado a hacer rápidos arreglos con otra compañía aerea y mediante un costo exhorbitante.
Entonces, el 26 de febrero, estalló la violencia en las principales cabeceras de provincias, Bo, Kenema, Kambia y Tonkolili, con individuos armados que atacaron esos centros urbanos en un intento de parar el comicio.
Fuentes oficiales acusaron al FRU, que prometio perturbar las elecciones, pero testimonios oculares dijeron que los atacantes fueron soldados.
Incluso en esta capital, se produjo un ataque con morteros contra la residencia del presidente así como tiroteos en otras partes de la ciudad. La gente, a pesar de todo, fué a votar.
Algunos cálculos indicaron que unas 26 personas murieron en todo el país. Seis personas, incluyendo el ministro de Tierras y Viviendas, Paul Kamara, resultaron gravemente heridas y debieron ser hospitalizadas.
"Fuimos capaces de hacer la primera vuelta pero podremos lograrlo otra vez?", se pregunto Edison Kanu, uno observador político local. "Dudo que los electores se muestren entusiastas".
La segunda vuelta probablemente será mas caótica. Cuando los rebeldes del FRU atacaron la semana pasada provincias del norte y del sur, cortaron las manos a personas sospechosas de haber votado. La amputación es un método típico del FRU. Informaciones oficiales indicaron que unos 16 amputados debieron ser hospitalizados.
Sin embargo, existe un temor todavía mayor y es que estalle una polarización étnica a raíz de la segunda vuelta.
El PPSL es tradicionalmente fuerte en el sudeste, donde obtuvo el 90 por ciento de votos en el comicio. Tambien cuenta con algún respaldo en el área occidental, que incluye Freetown, pero solo un apoyo marginal en la provincia del norte. A su vez, el PPUN es un partido nordista que tambien cuenta con partidarios en el oeste.
Divisiones étnicas o regionales no fueron obvias en la primera vuelta porque compitieron muchos partidos de diversas regiones. Con solo dos en carrera en la segunda vuelta, la división podría agudizarse. John Karefa-Smart es un nordista y, si bien Ahmed Tejan Kabba dice tener origen nórdico, es visto más como oriental.
"La tensión étnica aumentará en la segunda vuelta", pronosticó un profesor universitario. "Con el PDP de Thaimu Bangura (una agrupación del norte) fuera, Karefa-Smart espera reunir los votos nordistas, mientras aquellos del sur y el este son para el PPSL. Probablemente esto polarice al país y, en una situación de guerra como la que tenemos, no podría ser más desafortunado".
El sur y el este están en su mayor parte habitados por el grupo étnico mende. La mayoría de los habitantes del norte son temnes, viejos rivales de los mende.
Tanto el PPSL como PPUN son concientes del riesgo de una división étnica.
"Estamos trabajando en algun tipo de arreglo para ubicarlos (al PPUN) en una coalición", declaró Kabba. "El CNPE esta protestanto por las finanzas, porque la seguridad de la situación se está deteriorando y la violencia que sufrimos durante las elecciones todavía está fresca en nuestro recuerdo".
"Espero que superemos el problema. Un comité creado por la dirección de los dos partidos está trabajando en las modalidades de esa coalición", añadió Kabba.
Si eso ocurre, los sierraleoneses podrán lanzar un suspiro de alivio. En caso contrario, con elementos entre los militares y el FRU decidido a hacer abortar el proceso democrático, elecciones que refuercen la división regional solo serán peores para todos. (FIN/IPS/tra-en/lg/kb/ego/ip).
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