El gobierno de Zaire ayudó a obtener armas a los hutus ruandeses acusados de genocidio, pese a la prohibición impuesta por la Organización de Naciones Unidas (ONU), aseguró una comisión del foro internacional.
La comisión investigadora de seis integrantes presidida por el embajador de Egipto en la ONU, Mahmoud Kassem, dijo que la colaboración de Zaire permitió al ejército hutu recibir entre el 17 y el 19 de junio de 1994 más de 80 toneladas de fusiles, granadas y municiones procedentes de Seychelles.
Esta connivencia representa una clara violación la prohibición de venta de armas a Ruanda dispuesto por la ONU ese año y válida para todos los países que integran el cuerpo mundial.
El antiguo ejército del país africano es acusado del asesinato de un millón de personas en una campaña genocida que trancurrió entre abril y julio de 1994, después de la cual se asilaron en campos de refugiados en territorio de Zaire.
"Es muy probable que la violación del embargo de armas de la ONU se haya realizado" con ayuda de Kinshasa, según un nuevo informe difundido por la comisión, que juzgó insatisfactorias las explicaciones del país africano y halló evidencias de que la firma Air Zaire se involucró en la venta de armas de Seychelles.
El gobierno de Seychelles informó a la comisión que el coronel Theoneste Bagosora, quien se identificó como zaireño, llegó a ese país el 4 de junio de 1994 en procura de armas, acompañado por el empresario sudafricano Willem Ehlers.
Los comerciantes de armas de Seychelles supusieron que el pedido procedía del Ministerio de Defensa de Zaire y aprobaron la operación. El pedido fue transportado en un avión carguero DC-8 de Air Zaire.
Funcionarios de Seychelles informaron que Bagosora suministró documentos en los que aseguró que el avión estaba bajo "total responsabilidad minitar del Ministerio de Defensa del gobiernod e Zaire".
Bagosora, quien fue arrestado el mes pasado en Camerún, es un ex coronel ruandés a quien se atribuye un importante papel en el entrenamiento de los grupos paramilitares que emprendieron las masacres iniciadas en abril. Las armas tenían como destino el ejército de Ruanda en Goma, Zaire.
Los desmentidos de Zaire a su involucramiento en la operación fue, "en el mejor de los casos, muy erróneo e inadecuado", según el informe.
La comisión no pudo confirmar otras denuncias sobre violaciones posteriores al embargo de armas por parte de Francia, China y Bulgaria, entre otros países.
El gobierno de Bulgaria dijo que las acusaciones eran "infundadas", mientras Beijing atribuyó la denuncia en su contra a "la intención deliberada de sembrar discordia en las amistosas relaciones entre China y Ruanda".
El canciller de Sudáfrica, Alfred Nzo, admitió que Ehlers pudo haber intervenido en la operación en Seychelles en carácter de empresario privado.
Nzo también dijo que rifles de origen sudafricano capturados en Ruanda habían sido vendidos aparentemente en 1991 por el gobierno del entonces presidente Frederik de Klerk. (FIN/IPS/tra- en/fah/yjc/mj/ip/96)