REPUBLICA CHECA: Científico dice que puede curar las vacas locas

Aunque la catástrofe de las vacas locas no afecta a los europeos occidentales porque no importan carne y son demasiado pobres para comerla a menudo, un científico checo asegura que puede curar a los bovinos británicos enfermos con un aparato de su invención.

Para demostrar que sus afirmaciones no están motivadas por un afán de lucro o de publicidad, acaba de anunciar que pedirá a la reina Isabel II de Inglaterra, quien llega el miércoles a Praga, que se lleve el equipo como regalo para "salvar a la población vacuna y la economía del Reino Unido".

Vladimir Kubef, de 68 años, no parece un lunático. Es funcionario de la Academia de Ciencias Checa, hizo estudios de física y química en la Universidad Carolina de Praga y se especializa en mediciones nucleares.

"Puedo salvar a las 11 millones de vacas británicas", aseguró a IPS.

Según su teoría, "tanto los seres vivos (animales y personas) como las plantas, estamos envueltos en un campo geostático que puede ser modificado o afectado por las ondas moduladas de una emisora de radio".

"En mi opinión, ese es el orígen de la enfermedad de las vacas locas. Hasta ahora no existía ninguna forma de detectar esas ondas", apuntó. Kubef ha creado una serie de instrumentos electrónicos capaces de descubrir los campos de resonancia y medirlos.

"No recomiendo eliminar a las vacas locas porque no se trata de una infección. Creo que es urgente hacer una medición en los establos y simplemente cambiar los animales de lugar para que se curen", declaró.

Según Kubef, el peligro de los campos de resonancia es que, entre otras cosas, condicionan que el átomo de hierro en la sangre no se una con el de oxígeno, lo cual produce la leucemia. Un comportamiento similar se verrifica con el átomo de zinc y su consecuencia es la diabetes.

"Esto explica que el fenómeno de las vacas locas sea típico de Europa Occidental, donde los pesebres son de hierro y potencian el efecto de los campos de resonancia", explicó.

Antonin Kozak, director del Instituto de Veterinaria de la República Checa, estimó que las conclusiones de Kubef no se pueden excluir completamente. Sin embargo, advirtió que "como hay tantas hipótesis en torno a esta enfermedad incurable, yo lo dejaría por ahora en la esfera de la investigación".

Kubef considera posible que la enfermedad aparezca en la República Checa debido a que en los últimos años se ha incrementado notablemente la potencia de las fuentes moduladas. Sin embargo, descartó que surja en países como Bulgaria o Rumania.

También cree que las personas que padecen una enfermedad parecida a la de las vacas locas, como es el síndrome de Kreutzfeld-Jacob, sin duda no se han contagiado de los animales sino han estado mucho tiempo en un campo de resonancia peligroso.

La historia de su experimento comenzó hace varios años cuando nadie se explicaba porqué en un establo había vacas que daban leche y otras no.

Kubef aseguró que mediante sus intrumentos pudo descubrir que las vacas que no daban leche estaban afectadas por uno de esos campos de resonancia. Afirmó que su teoría quedó demostrada cuando, al cambiar los animales de lugar, comenzaron a dar leche.

Según pruebas realizadas en Alemania e Italia, donde Kubef fué invitado por organizaciones científicas, tambien se comprobó que los animales que están amarrados las 24 horas del día en ciertos establos son víctimas de los campos de resonancia.

En la República Checa, Kubef ya ha realizado más de 300 mediciones y es autor de un proyecto de ley en el cual propone que durante la noche no funcionen las emisoras de radio.

Aseveró que con esa medida, aunque parezca imposible, se reduciría el 50 por ciento del número de enfermos en una población. "Además se curarían diversas afecciones, no solamente aquella de las vacas locas".

Agregó que el ministro checo de Salud, Jan Strasky, "tiene sobre su mesa mi informe desde hace tiempo y estoy esperando una respuesta".

Un funcionario del Ministerio de Agricultura y Ganadería, dijo que la alarma que se ha desatado en Europa Occidental, debido a la posibilidad de haber ingerido carne vacuna contaminada, no existe en las naciones del antiguo bloque comunista del este europeo.

"Nosotros los checos, como Polonia, Eslovaquia y Hungría, fuímos siempre exportadores tradicionales. Además la carne fue nuestra fuente tradicional de proteínas. Ahora sus precios están por las nubes y para muchos es prohibitivo adquirirla…", dijo.

Por ejemplo, hasta 1989 los checos pagaban el kilo de carne seleccionada 30 coronas (un dólar). Actualmente, ese producto no se consigue por menos de 160 coronas y el filete cuesta 380 coronas el kilo. (FIN/IPS/tra-en/nn/ego/dv).

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