El ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Eduardo Stein Barillas, expresó en la capital italiana su esperanza de que se pueda firmar la paz con la guerrilla en su país el 15 de septiembre, en Esquipulas, fecha de la independencia centroamericana de España.
Reconoció que el camino iniciado tras el anuncio que hizo en México el jueves 21 la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) de un alto al fuego indefinido, y la orden del presidente de Guatemala, Alvaro Arzú, a las Fuerzas Armadas, de detener toda acción represiva, es aún largo y difícil.
Indicó, en una conferencia de prensa, que habrá que superar muchos obstáculos, como la oposición de sectores del ejército y del narcotráfico que se oponen a poner término a un conflicto armado que tiene 35 años de duración y que ha provocado 140.000 muertos y 45.000 refugiados.
Precisó, sin embargo, que se trata de sectores del ejército, porque las Fuerzas Armadas recibieron con gran alegría el acuerdo y dijo que "incluso de los nuevos jefes militares, que asumieron con el nuevo gobierno, provino la idea de explorar la posibilidad de un cese del fuego".
Los sectores que se oponen opinan que el ejército guatemalteco es el vencedor de la contienda interna, y por lo tanto consideran humillante para la institución aceptar sentarse a la mesa en un proceso de negociación con un enemigo que consideran derrotado.
Al responder a una pregunta, Stein excluyó la posibilidad de un golpe militar en su país: "no hay condiciones internacionales ni internas". Por lo demás, agregó, "hay más resistencias a los cambios en sectores civiles organizados que en el ejército".
La preocupación mayor, aclaró, proviene de "sectores que se han dejado influenciar por estructuras delicuenciales, sobre todo las argollas de mafia del narcotráfico que se han instalado en toda América Central y en nuestro país en particular y que se han servido de funcionarios civiles y militares, enquistados en el gobierno".
Manifestó que son tres los aspectos más importantes de las negociaciones: el tema militar, la reforma constitucional y los problemas socioeconómicos. Estos últimos están en la agenda que comenzarán de inmediato a analizar los negociadores.
Tras ello, explicó, se abordarían temas operativos de la desmovilización, del cese del fuego, de su supervisión, vigilancia, entrega de armas, hasta llegar a la firma definitiva del acuerdo.
Sostuvo que uno de los graves problemas que enfrenta en estos momentos su país es la ocupación de tierras, y denunció que "hay grupos de colonos que se están armando para impedirlo, lo cual podría crear enfrentamientos incluso mucho más serios de los que estamos negociando".
Las "estructuras de narcotráfico podrían estar azuzando, en la medida que ellos utilizan pistas rurales para los aterrizajes de sus avionetas en las rutas hacia el norte", explicó.
Según los cálculos del gobierno, hay 1.200.000 personas que piden acceso a tierras, y no hay posibilidades de satisfacerlas, a no ser que sea en "bolsas o macetas".
En su opinión, "estrictamente personal", no fue del todo feliz haber atado la discusión del retorno a la tierra.
Dijo que los guerrilleros son entre 1.500 a 3.000 y que es mucho más amplia su base de apoyo civil logístico.
Es mucho mayor la responsabilidad de la desmovilización, afirmó el ministro, de las patrullas de autodefensa civil, una suerte de milicias locales, que son medio millón de personas, creadas por el Ejército.
Subrayó la decisión de la Unión Europea que puso a disposición de Guatemala un equipo que, junto a técnicos guatemaltecos, preparará una cartera de proyectos para la paz.
De acuerdo a las estimaciones iniciales, la UE podría duplicar al conjunto de sus aportaciones anuales a toda América Central, que asciende a dos millones de dólares.
Roma, México y San Salvador fueron los escenarios de reuniones discretas del gobierno de Guatemala con la URNG, que culminaron en un comunicado conjunto el pasado 13 de febrero, tras la visita del Papa Juan Pablo II a Guatemala.
Stein Barillas participó el jueves 21 en Florencia en la XII Conferencia de San José, que reunió a los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) y de Aérica Central. (FIN/IPS/jp/jc/ip/96)