A pocas horas del comienzo de la cumbre regional de la ciudad peruana de Trujillo, la crisis financiera e institucional que obligó al Grupo Andino a suspender sus actividades hace un año por falta de liquidez sigue sin resolverse .
Entre tanto en Trujillo, en la costa norte peruana y conocida como "la ciudad de la eterna primavera", los presidentes andinos son aguardados y están listas las medidas de seguridad.
Los presidentes deben resolver una serie de problemas, que incluyen el futuro de Perú, pais cuya pertenencia al Grupo Andino se encuentra suspendida por graves discrepancias arancelarias, la reforma del aparato administrativo del bloque y también su insolvencia financiera.
"Es feo el panorama institucional que encontrarán los presidentes de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú en la cita de Trujillo (Rafael Caldera, de Venezuela, cancelo su asistencia): insolvencia, morosidad injustificada de tres países y clima de desgano", comentó el analista Jorge Zavaleta.
Según consigna el diario El Mercurio de Chile, en círculos diplomáticos se interpreta la morosidad de Bolivia, Ecuador y Perú como indicios de un presunto descenso de su interés en el proceso de integración andino, en el que participan desde 1969.
Los gobiernos de los tres países morosos han ofrecido pagar sus cuotas atrasadas pero todavía no la han hecho, y uno de ellos, Perú, el anfitrión de la cumbre, promulgó la semana pasada una resolución para pagar los 800.000 dólares de sus últimos atrasos, pero aún no ha entregado el cheque.
Entre tanto, la suspensión de actividades en el edificio sede del Grupo Andino, situada en Lima, ya no es casi absoluta, como lo fue a mediados de marzo de 1995, y desde el pasado lunes personal mínimo comenzó a asistir a las oficinas.
"Hemos concurrido a trabajar por propia voluntad. Se nos ha explicado que la suspensión prosigue porque subsiste la situación de iliquidez. Pero pensamos que se resolverá pronto. No creemos que los gobiernos dejen caer al Grupo Andino", comentó un técnico, quien pidió no ser identificado.
Desde Trujillo, en donde participa en las reuniones previas a la cita de presidentes, el director secretario de la Junta del Acuerdo de Cartagena, el peruano José Antonio García Belaúnde, emitió este miércoles un mensaje más optimista.
"Los paises atrasados nos han asegurado que en el curso de los próximos dias abonarán sus cuotas. Estamos operando al mínimo indispensable pero no hemos pensado en volver a cerrar totalmente nuestras puertas", dijo.
Perú, al igual que Colombia y Venezuela, debe pagar 1,5 millones de dólares para sostener las actividades del Grupo Andino, en tanto que las cuotas de Ecuador y Bolivia son de 500.000 dólares.
En 1982, el Grupo Andino inició un proceso de reducción de gastos y disminuyó su personal de 400 expertos y empleados administrativos, a 120, que tiene ahora, la mayor parte de los cuales se encuentra en este momento en sus casas, en forzosas e inesperadas vacaciones de suspensión.
El atraso de Bolivia y Perú es antiguo, y en 1993 se informó oficialmente que ambos países habían dejado de pagar en los cinco años anteriores.
Para ayudarlos a pagar, los demás países andinos aceptaron "castigar" sus deudas y sus cuotas atrasadas fueron reducidas 30 por ciento, quedando en 4.710.000 dólares la deuda de Perú y la de Bolivia en 1.550.000 dólares.
Pese a estas facilidades, ninguno de los dos países cumplió su promesa de pagar por partes esa antigua deuda, ni tampoco hicieron los aportes de sus cuotas siguientes.
"Perú ha desembolsado 300.000 dólares, ha autorizado pero no desembolsado el pago de otros 800.000 y esperamos que lo haga en los próximos días. Pero la deuda vieja, por casi cinco millones de dólares, ha sido congelada por su gobierno", explicó el director secretario del Grupo Andino. (FIN/IPS/al/dg/if/96)