Los graneros de Asia meridional están colmados, por efecto de varias cosechas abundantes, pero la desnutrición amenaza igualmente a la mayoría de los 1.200 millones de habitantes de la región.
La razón consiste en una creciente escasez de leguminosas, la principal fuente de proteínas en la dieta vegetariana regional. Presentes tradicionalmente en las comidas diarias de todo habitante de Asia meridional, las leguminosas se han convertido en un lujo que sólo los ricos pueden tener.
Omisiones de las autoridades y prácticas agrícolas inadecuadas han limitado el rendimiento de cosechas irrigadas generalmente sólo por la lluvia, y los precios escaparon al alcance de millones de personas.
India, el mayor productor de leguminosas de la región, no puede evitar la reducción de sus cosechas y se propone pedir a Australia, Turquía y Zambia el cultivo de esos granos, para después adquirirlos, según reconoció el Ministerio de Agricultura.
La producción anual de leguminosas de India se estancó en cerca de 14 millones de toneladas en los últimos 10 años, y el suministro diario por habitante se sitúa en 37 gramos desde hace tres décadas, de acuerdo con el Informe Económico anual divulgado esta semana por el gobierno.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud prescriben un consumo diario de 50 gramos de proteínas. FAO informó que las leguminosas son fuente de 80 por ciento de las proteínas consumidas en la mayoría de las naciones de Asia.
Descuidado por investigadores y gobernantes, el cultivo de leguminosas se resintió en Asia meridional. Estadísticas de FAO señalan un crecimiento anual de la producción de 3,6 por ciento en Nepal y de 1,1 por ciento en India en el período 1984-1994, y su caída en Pakistán, Sri Lanka, Bangladesh y Bhután.
Mientras, se redujo el área de cultivo de leguminosas en Bangladesh, Bhután y Sri Lanka. India registró en 1994 un bajo rendimiento, de 607 kilogramos por hectárea, y sólo aventajó a Pakistán, que obtuvo 411 kilogramos por hectárea.
A la cabeza en materia de rendimiento de la cosecha de leguminosas en la región aparece Sri Lanka, que logró un mejoramiento de 2,1 por ciento entre 1984 y 1994, hasta obtener en el período un promedio de 750 kilogramos por hectárea.
"Aparentemente, se ha logrado escaso progreso en la productividad de las leguminosas. La producción fluctúa de un año al otro, junto con el monzón", señaló el gobierno de India en su informe sobre la economía.
Expertos de FAO puntualizaron que las leguminosas se cultivan generalmente en áreas de irrigación dependiente de las lluvias y la investigación agrícola casi las ha olvidado, para concentrarse en los cereales, protagonistas de la llamada revolución verde. (FIN/IPS/tra-en/mu/an/ff/dv/96).