PERU: ?Afinar o cambiar el modelo económico aperturista?

El presidente de Perú, Alberto Fujimori, enfrenta el problema de corregir su liberal modelo económico, sin abandonarlo totalmente.

El mandatario no ha dicho aún nada al respecto y, de acuerdo con su estilo de gobierno, se reserva el derecho a la última y definitiva palabra, pero su ministro de Economía, el empresario Jorge Camet, ha admitido ante sus colegas que el programa "se afinará".

Las interrogantes que surgen se refieren a la orientación y profundidad de esos cambios, que los analistas consideran necesarios porque el programa económico, después de casi cuatro años de aplicación, no ha logrado los objetivos anunciados.

Para eliminar los obstáculos que la mayoría opositora levantaba contra su programa económico, Fujimori disolvió el parlamento el 5 de abril de 1992 y desde entonces lo puso en práctica sin cortapisas.

Pero desde noviembre pasado han comenzado a surgir una serie de síntomas inquietantes, que originaron presiones internas y externas a favor del cambio.

"Son alarmantes los indicadores financieros, como la caída en la Bolsa de Lima, también los económicos, especialmente el creciente déficit de la balanza comercial, así como los sociales, expresados en la quiebra de empresas y la persistencia del desempleo", señaló el economista Francisco Urrunaga.

"Conviene determinar en qué medida esos indicios corresponden al modelo o si son consecuencia de su mal manejo", añadió Urrunaga, ex director de uno de los bancos estatales de promoción suprimidos por el programa liberal de Fujimori.

El modelo de Fujimori, basado en la supresión de los dispositivos arancelarios y paraarancelarios proteccionistas, fue presentado como una fórmula para eliminar a las industrias deficientes e impulsar un sector con condiciones competitivas de exportacion.

Ricardo Guadalupe, jefe de Estudios Económicos de la Sociedad Nacional de Exportadores, destacó el persistente déficit comercial como uno de los "indicios de riesgo" más importantes en esta coyuntura.

El déficit comercial de enero y febrero fue de 280 millones de dólares y se calcula que el año se cerrará con 2.200 millones de déficit, cifras superiores a las de 1995, que registró en esos dos meses un acumulado de 218 millones y un total de 2.116 millones.

Guadalupe admitió que las medidas fiscales de contracción puestas en práctica en agosto pasado, cuyos efectos depresivos comenzaron a reflejarse en las estadisticas a partir de noviembre, están reduciendo las importaciones.

Pero anñdió que dichas medidas también deprimen la producción local y no mejoran los indices de exportación.

"Así comenzó la crisis mexicana, con un déficit creciente de la balanza comercial, y todo se derrumbó cuando la banca extranjera se asustó e inició una corrida para salir del pais", comentó el analista Jorge Zavaleta.

El riesgo de que, después de tres años de auge económico, Perú caiga en una crisis similar a la sufrida por México, ha alertado a los organismos financieros internacionales, y también a los empresarios locales, que comenzaron a presionar para que se busque una solución.

La Sociedad Nacional de Exportadores propuso al gobierno central una serie de ajustes al programa económico, que según sus voceros se ajustan al propósito del ministro Camet de "hacer un afinamiento sin cambiar el modelo".

Entre otras medidas administrativas, los exportadores piden "flexibilización laboral" (menores trabas para los despidos), reducción de costos tributarios, mejora en los procedimientos de devolución de aranceles a la importacion de insumos y reducción de tarifas portuarias.

Con estas medidas, los exportadores consideran que se mantendría el marco aperturista recomendado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), "porque no se cierra el paso a las importaciones ni se elevan los aranceles de importación, pero se favorece a la producción local".

Alfonso Bustamante, presidente del Instituto Peruano de Economía, criticó el programa de Camet, y propuso que en lugar de enfriar la economía mediante medidas depresivas para reducir importaciones, reduzca los sobrecostos para promover exportaciones y mayor empleo.

La propuesta de Bustamante parece atractiva, pero las medidas de reducción tributaria que plantea, con el respaldo de los empresarios manufactureros, implican una reducción de ingresos fiscales de 2.600 millones de dólares en los próximos cinco años.

Bustamante calcula que las mayores exportaciones generarían una recaudación fiscal de unos 1.500 millones de dólares y se crearían más de un millón de nuevos empleos en el sector formal, reduciendo el déficit fiscal a poco más de mil millones de dólares.

Pero esos objetivos se lograrían al cabo de cinco años. Entre tanto, el gobierno de Fujimori tendría que decidir en qué sectores reducirá su presupuesto de obras y apoyo social, para compensar el recorte de ingresos fiscales originado por el plan alternativo que quieren los empresarios. (FIN/IPS/al/ag/if/96)

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