La población de Nigeria apela a las oraciones y a un intenso programa de vacunación para frenar la epidemia de meningitis que provocó más de 2.550 muertes en el norte árido del país desde principios de año.
"Sólo las oraciones pueden interrumpir la enfermedad", dijo Ibrahim Dasuki, sultán de la antigua ciudad musulmana de Sokoto y presidente del Consejo Superior Nigeriano para Asuntos Islámicos.
Pero, además de oraciones, el país adoptó medidas más prácticas para detener la meningitis, afección bacterial o viral cuyo agente se transmite por vía aérea y que afecta la membrana que cubre el cerebro y la espina dorsal.
Médicos y técnicos fueron enviados a las áreas afectadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Fundación de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la organización "Médicos sin Fronteras", junto al gobierno de Nigeria.
Siete millones de dosis de vacuna fueron distribuidas, pero pronto serán necesarios otros 10 millones para combatir la epidemia con eficacia, alertó la OMS.
Un grupo de mujeres acusó a funcionarios sanitarios del estado de Kaduna de vender en la localidad de Sabon Gari las dosis a más de 25 centavos de dólar cada una, a pesar de que el gobierno anunció que la vacunación sería gratuita.
Según las denuncias, la venalidad provocaría escasez de vacunas.
A menos que sea diagnosticada rápidamente y tratada con grandes dosis de antibióticos, la meningitis puede matar a una persona en una semana. La mayoría de los 18.000 afectados son de entre cinco y 14 años de edad, según la OMS.
En Katsina, uno de los estados más golpeados por la epidemia, el comisionado de salud Shulawa Sala dijo que más de más de 1.575 personas estaban siendo sometidas a tratamiento en hospitales públicos.
Según los informes, la situación es aun más cruda en las localidades remotas y caseríos, donde la proporción de infectados respecto de la población es mayor.
La epidemia no se limita a Nigeria. Desde comienzos de año se diseminó por todos los países del Sahel, una franja semiárida de Africa subsahariana.
En Burkina Faso murieron 545 de las 6.333 víctimas. La situación es más grave en las zonas donde la malnutrición provoca daños en el sistema inmunológico humano, según datos oficiales. Ninguna de las 30 provincias de este país se libró de la enfermedad.
El hospital Yalgado Ouedraogo de Ouagadougou, la capital, está tan atestado de pacientes que muchos deben acostarse en el piso.
En Níger se registraron 341 muertes por meningitis, en Chad, 100, y en Malí, 30. (FIN/IPS/tra-en/ro/ag/jm/oa/mj/af he/96)
