MEXICO: Sindicalismo suspende nuevamente margo Cevallos

Por segundo año consecutivo, el sindicalismo oficial de México no desfilará se negó a desfilar el 1 de mayo para evitar protestas y enfrentamientos con trabajadores disconformes por la situación económica.

El anuncio, hecho por Fidel Velázquez, líder de la Confederación de Trabajadores (CTM) desde hace más de medio siglo, se produjo cuando los empresarios discrepan con el gobierno sobre los planes para reactivar la economía y la población desconfía de las políticas oficiales.

La suspensión de la tradicional marcha es expresión de la crisis que vive el sindicalismo oficial y de la distancia existente entre las cúpulas y sus bases, golpeadas por los problemas económicos estallados a fines de 1994, apuntan los analistas.

El desfile del Día del Trabajo, que reunia cada año a unos 800.000 afiliados a la central progubernamental en la plaza central de la capital, quedó nuevamente suspendido, al iguaal que en 1995.

No habrá desfile "para no confundirnos con los llamados (sindicatos) independientes ni provocar enfrentamientos inútiles y además a un gran costo', dijo Velázquez, dirigente de 95 años afiliado al gobernante Partido Revolucionario Institucional.

Para el analista Alberto Barranco, "es claro" que las bases del sindicalismo oficial ya no confían en sus dirigentes y están hartas de la pérdida adquisitiva de los salarios.

Entre fines de 1994 y el primer bimestre de 1996, los salarios minímos cayeron más de 31 por ciento. Estudios independientes señalan que desde 1976 la inflación creció 80.193 puntos, mientras que los salarios sólo lo hicieron en 20.482 puntos.

Organizaciones laborales, barriales y políticas opositoras indicaron que sí desfilaran el 1 de mayo para mostrar su rechazo a las estrategias económicas del gobierno del presidente Ernesto Zedillo y denunciar el "servilismo" del sindicalismo oficial.

Según Velázquez, los mexicanos están "inquietos" por los problemas económicos del país, pero mantienen "la unidad" en torno a la gestión de Zedillo.

La visión del dirigente, quien pese a sus problemas para oír y hablar dice sentirse sano para liderar la CTM hasta 1988, no parece corresponder a una realidad que, según indican varias encuestas, mantiene preocupada y molesta a la población.

La mayoría de los mexicanos no creen que la recuperación económica pregonada por el gobierno sea una realidad y es pesimista sobre el futuro del país, coinciden en señalar los estudios de opinión.

Pero no sólo es el mexicano medio el que piensa de esa forma. Una encuesta empresarial realizada por la revista Expansión indica que la calificación promedio que los ejecutivos dan al gobierno de Zedillo es de cinco sobre 10.

En ese mismo sondeo, 60 por ciento de los empresarios dijeron que el gobierno no ha dado una explicación satisfactoria sobre las causas de la crisis y 40 por ciento cree que las estrategias de ajuste han tenido "malos" resultados.

En una expresión de las discrepancias existentes entre el empresariado y el gobierno, este lunes se debió suspender el esperado anuncio oficial de una política industrial para los próximos cinco años.

Puntos de vista diferentes entre autoridades y cámaras empresiales sobre el manejo de la crisis y sobre las estrategias para enfrentarla frustraron el anuncio, aseguró el analista Enrique Quintana.

El presidente de la Confederación de Camaras Industriales, Víctor Díaz, declaró que México "no podrá resolver sus problemas si no crece, y para crecer es necesario mantener un control de los indicadores macroeconómicos". "Diferimos en cómo se está controlando la inflación", señaló.

El combate de la crisis mediante políticas monetarias restrictivas contribuye al estancamiento de las ventas, del empleo y del crecimiento empresarial, sostuvo.

Para controlar la inflación, que en 1995 fue superior a 50 por ciento -una de las más altas de las últimas décadas-, el gobierno aplica una férrea disciplina fiscal y retira periódicamente circulante, acciones que el empresariado critica.

Las autoridades aseguran que "gracias" a sus estrategias de ajuste, este año la economía crecerá tres por ciento, después de que en 1995 tuvo una caída de cerca de ocho, y que la inflación bajará a menos de 25 por ciento.

"No existe consenso sobre el futuro, México vive los últimos días una nueva ola de desconfianza", opinó el analista Carlos Castañeda. (FIN/IPS/dc/dg/ip-lb/96)

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