Alrededor de 500 niños indígenas y sus padres se presentaron hoy en las oficinas de Unicef en México para demandar al gobierno del presidente Ernesto Zedillo que reabra escuelas en sus poblaciones y reconozca a autoridades designadas en asambleas comunitarias.
Tras presentar sus pedidos, los niños, de cuatro a 13 años, originarios del estado de Oaxaca, al sureste del país, instalaron junto a sus padres un campamento frente al edificio de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), donde permanecerán hasta que se atiendan sus demandas, según dijeron.
Funcionarios de Unicef, agencia de las Naciones Unidas cuya sede local está ubicada en una lujosa zona de la capital, recibieron a los niños y prometieron que harán llegar sus pedidos al gobierno.
Mecias Rosas, quien habló a nombre de los niños, denunció que el Instituto Electoral de Oaxaca desconoce a las autoridades indígenas electas por las comunidades y apoya a militantes del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
"Caciques del PRI con respaldo oficial mantienen cerradas escuelas y caminos para exigir elecciones partidistas, una práctica ajena a nuestras comunidades, donde siempre elegimos en asambleas y sin la intervención de partidos", dijo Rosas.
Por la actitud "agresiva" de los militantes del partido gobernante, desde hace cuatro meses más de 40.000 niños no pueden asistir a sus escuelas, aseguró el portavoz.
Los menores indígenas y sus padres señalaron que decidieron presentar sus demandas a Unicef, pues consideran a esa agencia de Naciones Unidas "la casa de los niños de todo el mundo". (FIN/IPS/dc/dg/ip-pr/96).