KENIA: Normas británicas de visado perjudican a las mujeres

Una decisión del gobierno británico de requerir a las mujeres de Kenia cartas de consentimiento de sus maridos o, si son solteras, de sus padres antes de obtener visas ha provocado aquí una ola de indignación.

La medida es parte de las normas de visado impuestas este mes por Londres, las cuales tambien requieren que los niños tengan permiso de sus padres antes que puedan entrar en Gran Bretaña.

Anteriormente, los kenianos no necesitaban visa para ingresar en el Reino Unido. La nueva disposición surgió como reacción al aumento de falsos refugiados procedentes de Kenia. Desde comienzos del año pasado 1.225 kenianos solicitaron asilo en Gran Bretaña.

Alrededor de 40.000 kenianos viajan a Gran Bretaña anualmente.

"Los espúreos buscadores de asilo están costando a los contribuyentes británicos sumas sustanciales y provocando demoras en los puertos de acceso, en perjuicio de otros viajeros genuinos", expresó el Alto Comisionado Británico en Nairobi.

Mientras la iniciativa ha fastidiado a kenianos de ambos sexos, las condiciones adicionales que deben satisfacer las mujeres son vistas como discriminatorias por abogadas en derechos femeninos, como Nancy Baraza, directora del capítulo keniano de la Asociación Internacional de Abogadas Mujeres.

"¿Porqué mujeres y niños?", se preguntó Baraza. "¿Es que el gobierno britanico equipara a mujeres adultas con niños? y los británicos, ¿comparan sus propias mujeres con niños?".

"¡Esa condición pisotea la dignidad de la mujer keniana!", sentenció.

María Nzomo, presidenta de la Comisión Nacional sobre el Estatuto de la Mujer (NCSW), señaló que la exigencia que la mujer que pide una visa presente una carta del marido o padre significa que "no puede adoptar una decisión independiente de viajar al exterior".

"Estamos seguros que el gobierno británico está en conocimiento del hecho que el 45 por ciento de los hogares kenianos están encabezados por mujeres", apuntó. "Por eso es ultrajante para ellas exigirles semejante cosa".

La ola de críticas de organizaciones no gubernamentales y de las propias mujeres hizo que el Alto Comisionado Británico, Sulman Hermans, diera a conocer una declaración negando que hubiera discriminación alguna por parte de su gobierno.

No obstante, la declaración difundida hace ocho días no explicó el motivo de la exigencia impuesta a las mujeres, y estuvo enfocada solo en el en el hecho que un padre/madre que desea viajar a Gran Bretaña con sus hijos necesita la aprobacion del otro progenitor.

"Es una medida para evitar que padres separados saquen a sus hijos del país de orígen sin el consentimiento del otro cónyugue", expresó el comunicado. "La intención es evitar las dificultades que pueden surgir de tan desgraciadas circunstancias".

El Alto Comisionado, a través de un funcionario de la representación, hizo saber que "no hablamos con la prensa" y rehusó formular más declaraciones.

Sin embargo, algunos observadores locales dijeron que las críticas a la iniciativa británica, en cambio, deberían concentrarse en el fracaso de la constitución keniana para resolver las cuestiones referidas al género.

Thomas Wandera, un abogado de una firma de Nairobi, dijo que si se lee la sección 82 de la constitución keniana es evidente que en vez de proteger a la mujer contra la discriminación, "guarda silencio respecto a problemas específicos planteados por mujeres".

"Esa es la razón por la cual la condición de la mujer en Kenia siempre estuvo rezagada respecto a otras partes del mundo", dijo.

Tampoco los abogados de los derechos de las mujeres en Kenia desconocen la discriminación que son objeto en su propio país.

Baraza, personalmente, se queja que si bien está divorciada desde 1988 y tiene la custodia de su hijo, la ley keniana aún le exige que consulte con su ex marido cuando quiere viajar al exterior con el niño.

Afirmó que las leyes del país deben ser reexaminadas para que la constitucion pueda enmendarse de modo que brinde los derechos que niega a la mujer keniana.

De todos modos, instituciones y abogados de derechos de la mujer adujeron que esto no quiere decir que no puedan criticar medidas de otros gobiernos si las consideran discriminatorias. /FIN/IPS/tra-en/cw/kb/ego/hd).

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