Italia se propone llevar adelante una nueva cooperación para el desarrollo, mejorando los proyectos y los programas e incluso incrementando los fondos, tema sobre el que existe consenso entre el gobierno y el parlamento.
Los aspectos positivos del pasado servirán de base para impulsar esta nueva cooperación, descentralizada y multilateral, cuyo norte será el desarrollo humano.
Por otra parte, se han adoptado múltiples medidas de control para evitar errores del pasado.
Paolo Bruni, al frente de la Dirección General de la Cooperación para el Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores desde diciembre, es el responsable de llevar adelante esta parte fundamental de la política exterior italiana.
El gobierno y los partidos políticos estuvieron de acuerdo en aumentar en el futuro los fondos de la cooperación, cuando a fines del año pasado aprobaron la ley de presupuesto de 1996, pero la decisión final la deberá adoptar el nuevo Ejecutivo y el parlamento que será elegido en las elecciones del 21 de abril.
La cooperación en 1995 alcanzó a 0,15 por ciento del producto interno bruto (PIB), frente a 0,34 por ciento promedio de fines de la década del 80 y principios de la actual, una caída que Bruni calificó de dramática en entrevista con IPS.
El aumento para los próximos años podría llegar a cinco o seis por ciento, según las indicaciones surgidas durante la discusión de la ley de presupuesto.
La nueva cooperación no reniega de su pasado, aunque reconoce que se han cometido errores, pero ha sido un "importantísimo instrumento" de asistencia a los países en desarrollo, dijo Bruni, quien señaló que en sus 15 años de existencia ha tenido un gran impacto en muchas zonas del mundo.
La cooperación italiana ha sido señalada por prestigiosas publicaciones como la única gran novedad de la política exterior italiana. El funcionario puso en duda que fuera la única, pero reconoció que se trata de una de las importantes.
A nivel internacional se ha reflexionado mucho sobre la cooperación, existiendo coincidencia en que debe privilegiarse la cooperación para el desarrollo humano, el ambiente, la sociedad, las pequeñas y medianas empresas, frente al desarrollo puramente económico.
Estos aspectos, señaló Bruni, no corresponden sólo a la cooperación italiana, sino que es una caracterstica que se está adoptando en todos los países donantes.
Italia está privilegiando la ayuda multilateral, tanto con el Banco Mundial como con las organizaciones la Organización de las Naciones Unidas (ONU), porque considera necesaria una actuación coordinada.
Uno de los grandes defectos de la cooperación internacional de los años 70 y 80 fue la escasa coordinación entre los donantes y las organizaciones internacionales, dejo Bruni, quien reclamó, además, una coordinacin entre las actividades de cooperación bilateral y multilateral.
Los cambios en los países en desarrollo, como Argentina, que tiene un ingreso por habitante de 9.000 dólares anuales, como también la disminución de los fondos, han determinado nuevas prioridades en la ayuda italiana al desarrollo, manifestó.
Las nuevas prioridades geográficas determinan una atención particular a la cuenca del Mediterráneo, sobre todo Africa del Norte, Palestina, Albania, Bosnia.
También a los países africanos donde existe una tradicional presencia de la cooperación italiana, como Eritrea e Etiopa, en el Cuerno de Africa, y Africa Austral, donde Roma tuvo un papel fundamental en el proceso de paz de Mozambique y Angola.
"Esto no quiere decir que la cooperación italiana en América Latina vaya a desaparecer, sino que se dirigirá hacia la formación universitaria, más que a la tradicional asistencia al desarrollo económico", dijo Bruni.
El funcionario subrayó que a partir de la crisis en la ex Yugoslavia se ha desarrollado mucho la cooperación descentralizada, realizada no sólo por el gobierno, sino también por entes locales, ciudades y regiones.
Italia fijó "condiciones muy claras sobre la forma de llevar adelante la cooperación de manera totalmente transparente", dijo Bruni, quien añadió que no puede financiar "un proyecto que no sea solicitado, en el ámbito de un programa desarrollado en favor del país receptor".
Todos los proyectos son estudiados atentamente por los organismos correspondientes y después se vigila con gran atención su ejecución, manifestó Bruni. (FIN/IPS/jp/ag/ip-dv/96)