El gobierno de Estados Unidos condenó enérgicamente los recientes atentados con bomba del grupo islámico Hamas en Israel y estudiará formas de intensificar los esfuerzos contra el terrorismo.
"Deseo expresar mi profunda indignación ante este último atentado en Israel", manifestó el presidente Bill Clinton en referencia al atentado suicida ocurrido este lunes en un centro comercial de Tel Aviv, que produjo 12 muertos y un centenar de heridos.
En los últimos 10 días, cuatro acciones terroristas reivindicadas por Hamas, que cobraron la vida de al menos 62 personas, confirmaron los temores de ruptura de las negociaciones de paz en Medio Oriente.
Al inicio de un discurso electoral en Detroit, Clinton se refirió a los autores de estos atentados como "personas dispuestas literalmente a morir para que persista la división, el odio y la violencia", y agregó que los responsables "deben responder por sus actos".
El presidente elogió a Yasser Arafat por su compromiso con la paz, pero advirtió que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina deberá tomar medidas más enérgicas contra Hamas, un punto en que todos los políticos estadounidenses parecen concordar.
Mientras, el secretario de Estado Warren Christopher acortó su gira por América Latina para regresar a Washington y convocó una reunión de altos funcionarios de seguridad nacional en la Casa Blanca con el fin de realizar "una gran revisión para hallar los medios de intensificar los esfuerzos contra el terrorismo".
"Arafat debe detener a los responsables", opinó Gail Pressberg, del grupo Estadounidenses por la Paz, que durante años exhortó a Israel a iniciar negociaciones con el líder palestino.
Geoffrey Kemp, principal experto en Medio Oriente del Consejo Nacional de Seguridad durante la presidencia de Ronald Reagan, describió a Arafat como "el verdadero perdedor" en estos ataques.
Kemp advirtió que la ruptura de las negociaciones de paz podría ser total "a menos que las medidas de Arafat contra Hamas sean tan eficaces que hasta los israelíes le den crédito".
Pressberg y Kemp concuerdan en que una acción eficaz de Arafat contra Hamas podría contribuir a restaurar la confianza de la ciudadanía israelí en el primer ministro Shimon Peres.
Antes de los últimos atentados, era casi seguro que Peres, quien sacó un considerable provecho político del asesinato de su predecesor, Yitzhak Rabin, resultaría electo en las elecciones del próximo mayo.
Sin embargo, los actos terroristas podrían volcar al electorado a favor del derechista Partido Likud, encabezado por Benjamin Netanyahu, advirtieron los analistas. (FIN/IPS/tra-en/jl/ml/ip/96)
