Representantes de la ONU e Iraq se mostraron optimistas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo que permita a Bagdad reanudar la venta de petróleo, tras un embargo de casi seis años.
La delegación iraquí, liderada por el embajador Abdul-Amir Al- Anbari, dijo este lunes tras la segunda ronda de negociaciones con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que a Bagdad sólo le preocupa la forma en que se distribuirán los alimentos y las medicinas a los iraquíes tras la venta del crudo.
El plan de la ONU, aprobado en abril de 1995 por el Consejo de de Seguridad, prevé que Bagdad venda mil millones de dólares de petróleo en períodos renovables de 90 días, y utilizar la mayor parte de las ganancias para ayuda humanitaria al pueblo iraquí.
El presidente de Iraq, Saddam Hussein, rechazó el plan el año pasado, alegando que sus estrictos términos violarían la soberanía de Iraq, y sólo recientemente cambió de actitud hacia la venta restringida, a medida que se hizo evidente que eran pocas las posiblidades de un levantamiento total de las sanciones.
Tras dos rondas en la sede la ONU en Nueva York, los negociadores de Iraq y el organismo internacional parecieron conformes con la resolución de algunas cuestiones técnicas sobre el acuerdo.
Pero al-Anbari añadió que "hay solo un tema clave, el de la distribución, (…) y está pendiente".
El embajador confirmó que delegados iraquíes se reunirán nuevamente en Nueva York con sus colegas de la ONU para seguir adelante con las conversaciones, pero no indicó si Iraq elevará la apuesta llevando a la mesa de negociaciones a su viceprimer ministro, Tariq Aziz.
Aziz fijó la fecha del 8 de abril durante una conversación telefónica sostenida este lunes con el secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, confirmó la vocera de la ONU Sylvana Foa, y añadió que Aziz "señaló que las negociaciones progresaron en la segunda ronda".
El subsecretario general de la ONU Hans Corell, quien dirige el equipo negociador del organismo internacional, dijo que ambas partes "han hecho grandes progresos", pero adivirtió que "el acuerdo no está cerrado hasta que se llegue a un pacto político".
Corell admitió que varios temas, sobre los cuales no entró en detalles, aún no se han resuelto, y dijo que la distribución de alimentos y medicinas es un tema difícil, aunque manifestó su esperanza de que "encontraremos una solución"
La cuestión es si Bagdad aceptará la insistencia del plan de la ONU para que parte del dinero proveniente de las ventas de petróleo se entregue a grupos específicos, incluyendo a los kurdos de las zonas semiautónomas custodiadas por Estados Unidos en el norte de Iraq.
Según un plan fijado por ambas partes el mes pasado, Iraq debe dar lugar a la venta de petróleo mediante la reparación de un oleoducto que parte de la ciudad turca de Kirkuk y atraviesa áreas kurdas.
El gobierno de Hussein se resiste a hacerlo, y ha acusado a Washington de procurar utilizar a los kurdos para "desmembrar" a Iraq.
Pero la crítica escasez de alimentos y material médico básico deja a Iraq poco espacio para maniobrar. Los recientes rumores de que Iraq está cercano a aceptar el acuerdo dieron un fuerte impulso a la moneda iraquí, el dinar, que alcanzó sus niveles más altos en años, y Hussein sacrificaría este logro si el acuerdo fracasara. (FIN/IPS/tra-en/fah/jl/lp/ip/96)