La tensión en el Estrecho de Taiwán ha puesto sobre ascuas a figuras políticas en Gran Bretaña y Hong Kong, preocupadas que la beligerancia de China ahuyente a potenciales inversores cuando la colonia pase a manos de la República Popular el año próximo.
Temen que cualquier connato de guerra entre Beijing y Taipei provoque una grave pérdida de confianza en Hong Kong, similar a la registrada en junio de 1989, tras la represión de activistas democráticos en la capital china, que generó la fuga de miles de personas a Occidente y un serio sacudón a la economía local.
La cuestión fué discutida en Londres el miércoles, cuando el subsecretario británico de Exteriores, Jeremy Handley, la puso sobre el tapete en la respectiva comisión de la Cámara de los Comunes.
"Si el objeto de la transición de Hong Kong (en 1997) es (proveer a China) un anteproyecto de unificación con Taiwán, borrar miles de millones de dólares de su mercado bursátil y afectar su economía potencial no es nada bueno, y seguimos diciéndolo a los chinos", expresó Handley.
China ha movilizado 150.000 soldados en la provincia costera de Fujian, frente al Estrecho de Taiwán, donde Beijing ha estado montando una serie de maniobras bélicas con antelación a las elecciones presidenciales del 23 de marzo en la isla.
Beijing, que considera a Taiwán una provincia renegada, está convencida que las autoridades de la isla se están moviendo para declarar la independencia.
Handley dijo que la reacción china era "desmesurada" e "innecesariamente peligrosa", y hacía muy incierta la situación regional, lo cual no ayudaba a purificar la atmósfera en que está inmersa Hong Kong.
No obstante, en Hong Kong, un alto funcionario insistió que el mercado bursátil "no mostró ningún signo de tensión particular" y dejó de lado el clima de aprensión entre la gente.
"La gente de Hong Kong parece estar mucho más ansiosa que los taiwaneses", comentó Chung Ting-yiu, del Centro de Estudios Sociales de la universidad local, quién acaba de regresar de una visita a Taiwán.
"El publico se pregunta que pasará conm Hong Kong en el futuro, pero para muchos taiwaneses la cosa es más simple porque han decidido luchar y mantenerse firmes pase lo que pase", dijo Chung.
Pamela Pak, que realiza un programa radiofónico, dijo que los oyentes la acribillan con llamados para expresarle su temor de un posible estallido bélico.
"Gente anciana que sobrevivió a la toma del poder de los comunistas se ha sentido muy perturbada por las pruebas misilísticas. Esperan que China abra pronto el fuego. Creen que si Beijing disparó contra estudiantes inocentes en la Plaza Tiananmen (en 1989), lo hará tambien con gente del otro lado del estrecho", comentó Pak.
Muchas personas de Hong Kong, interrogadas durante otro programa radial, dijeron que han comenzado a pensar seriamente en la emigración y han dejado de lado cualquier plan de invertir dinero hasta que la situación se estabilice.
En círculos gubernamentales, el foco de preocupación parece ser estrictamente económico.
Rosanna Wong, un miembro del gabinete de la gobernación de Hong Kong, conocido como Consejo Ejecutivo, dijo que la escalada de tensión China-Taiwán está afectando seriamente al público local.
El Consejo se reunió el martes para discutir qué tipo de planes contingentes serán necesarios en Hong Kong para afrontar los problemas emanados de las maniobras en el estrecho.
"Si la situación empeora, no hay duda que Hong Kong se verá adversamente afectada. Esto podría incluir la pérdida de inversiones extranjeras así como la interrupción de los servicios aereos", previno Wong.
Más de 150 vuelos entre Hong Kong y Taipei han sido desviados 15 millas náuticas al sur de su ruta normal para no correr riesgos con el área de prueba de mísiles, lo cual añadió algunos minutos al viaje.
Sin embargo, el director gerente en Hong Kong de las aerolíneas Cathay-Pacific, expresó que "no podría concebir jamás que se produzca un cese de servicios con Taiwán".
La navegación en algunas rutas se verá obligada a desviarse, agregando hasta cinco horas al trayecto, según la Asociación de Armadores de Hong Kong. El departamento de Marina de Hong Kong ha estado enviando advertencias radiales con detalles de los lugares donde se realizan los ejercicios.
Más alarmante aún es el efecto sobre el turismo. En ausencia de vuelos directos entre Taiwán y China, los isleños viajan a menudo a través de Hong Kong y pasan algunos días en la colonia.
Los visitantes desde Taiwán son la segunda fuente de recursos turísticos para Hong Kong con 1,7 millones de viajeros que llegan cada año a este territorio.
"La tensión en el extrecho esta destinada a crear una reacción psicológica en los taiwaneses, que probablemente demorarán sus planes de viaje", dijo Howard Young, un legislador de Hong Kong y representante de la industria turística.
Wang Guisheng, un funcionario del ministerio chino de Exteriores, que encabeza una delegación de ocho personas enviada a Hong Kong, admitió que podría haber efectos negativos en la economía.
El economista gubernamental de Hong Kong, Tang Kwong-yiu, opinó que "la situacion recién emerge y no solamente está vinculada con la economía, de modo que es difícil determinar su impacto".
La coriente de mercaderías traficadas a traves del Estrecho de Taiwán el año pasado totalizó 13.000 millones de dólares, equivalente al 10 por ciento del comercio de reexportación de Hong Kong, apuntó Tang. (FIN/IPS/tra-en/ys/cpg/ego/ip).
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