HONDURAS: Mujeres se resisten a administrar violencia y pobreza

Desde hace 42 años, cuando accedió al derecho al voto, la mujer hondureña se ha limitado a "administrar" la violencia y la pobreza, sin que sus demandas tengan eco en las esferas de poder.

Si bien representan 51 por ciento de la población total del país, estimada en 5,5 millones de habitantes, las hondureñas han ocuoado escasos cargos políticos de trascendencia: algunos en educación y Cultura, una de las tres vicepresidencias y a una reducida representación parlamentaria.

Aunque por primera vez en la historia nacional una mujer (guadalupe Jerezano) ocupa una vicepresidencia, su protagonismo es nulo y se evidencia en que nunca, durante los viajes al exterior del presidente Carlos Reina, la conducción del pais ha quedado en sus manos.

En cambio, una mujer muere cada día por violación sexual y maltrato físico y son múltiples las denuncias por acoso sexual y no pago de pensiones alimentarias, pòr ejemplo.

Al celebrarse este viernes el Dia Internacional de la Mujer, representantes de los diversos grupos femeninos hondureños replantearon el papel de la mujer en la sociedad.

"Estamos cansadas de administrar miseria, queremos solución a los grandes problemas, como la violencia doméstica y las altas tasas de mortalidad materna, estimada en 221 por cada 100.000 nacimientos", señaló María Elena Méndez, del Centro de Derechos de la Mujer en Honduras (CEM-H).

Luz María Zelaya constituye un ejemplo de víctima de maltrato físico. Con 31 años, ha quedado paralítica a causa de los golpes propinados por su marido.

Secretaria comercial de profesión, Zelaya es hoy una mendiga que deambula por las calles de Tegucigalpa con su hija de 10 años en busca de limosna.

Su esposo la tomó por el cabello y la golpeó hasta sangrar cuando ambos se encontraban en un centro nocturno, luego que Zelaya le dijera bromeando que le "prohibía" ver a mujeres semidesnudas que se presentaban en un show. Los médicos le dictaminaron severos daños cerebrales y parálisis en las piernas.

Para las integrantes del Centro de Derechos de Mujer (CDM) casos como ese abundan en el país, sin que se haya definido a nivel estatal una efectiva política de protección a la mujer.

María Antonia Martínez, coordinadora del CDM, sostiene que mientras persista este tipo de violencia "las mujeres tienen pocas esperanzas de ser oídas".

Martínez clama por que se apruebe en el Congreso una reforma al Código Penal para sancionar más severamente a los violadores y golpeadores. (FIN/IPS/tm/dg/pr/96)

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