El presidente de Haití, René Preval, inició hoy una visita de dos días a República Dominicana para procurar una nueva dirección de las relaciones bilaterales, afectadas por más de cinco años de diferencias políticas y diplomáticas.
La decisión de reanudar las negociaciones sólo dos meses antes de las elecciones presidenciales en República Dominicana estaría vinculada con la intención del gobierno haitiano de apoyar al líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), José Peña Gómez, según fuentes diplomáticas.
"Aprovecharemos esta oportunidad para facilitar la situación en caso de que el próximo gobierno sea encabezado por Peña Gómez. Será difícil para él desarrollar estas relaciones debido a los ataques de sus opositores, que lo consideran de origen haitiano", dijo la fuente.
Las encuestas de opinión indican que Peña Gómez obtendrá una victoria segura en los comicios.
Por su parte el gobierno dominicano desea formalizar las relaciones comerciales para permitir un mejor control fiscal sobre ellas, dijo a IPS Edwin Paraison, cónsul de Haití en la sureña ciudad de Barahona.
El comercio entre ambos países por más de 20 años ha sido ventajoso para República Dominicana, que anualmente exporta a Haití mercaderías por valor de 50 millones de dólares.
Los mandatarios discutirán también cuestiones de seguridad nacional relacionadas con la presencia en República Dominicana de numerosos opositores políticos haitianos vinculados al derrocamiento del ex presidente Jean-Bertrand Aristide en 1991.
La ausencia de fuerzas haitianas de seguridad en la frontera entre ambos países es causa de preocupación, afirmó la fuente diplomática.
Pero sin duda el tema prioritario para el gobierno de Haití es el del respeto a los derechos humanos de los haitianos que residen en República Dominicana.
"La insistencia en la regularización de las relaciones comerciales no debe hacernos olvidar otros asuntos como el de los derechos humanos. Las condiciones no son enteramente satisfactorias en esta área, pese a los avances registrados en los últimos años", declaró Preval.
A comienzos de este mes, por ejemplo, soldados dominicanos abrieron fuego contra un autobús cargado de pasajeros haitianos, causando la muerte a un niño de 11 años e hiriendo a su madre de tres tiros. Los soldados alegaron que el conductor no acató la orden de detenerse.
Hasta ahora, los cortadores haitianos de caña de azúcar no poseen contratos de trabajo individuales, y las condiciones de vida en las plantaciones no han mejorado. Los trabajadores haitianos no reciben su paga en efectivo, sino con cupones que pueden utilizar para comprar alimentos y hacer lavar su ropa.
La misión diplomática de Haití no suministró cifras sobre la cantidad de haitianos residentes en República Dominicana, pero según un diplomático acreditado en ese país, en cada cosecha se requieren unos 60.000 cortadores de caña para mantener la industria azucarera dominicana funcionando en plena capacidad.
Cerca de 99 por ciento de los cortadores de caña de República Dominicana son de origen haitiano. Unos 15.000 son trabajadores zafrales, en su mayoría ilegales, que al fin de la cosecha se trasladan a los arrozales o a otros áreas agrícolas.
Un diplomático haitiano estimó en 500.000 el número de haitianos que viven en el país, pero las autoridades dominicanas afirman que son un millón. El gobierno dominicano otorgó la ciudadanía a casi 100.000 haitianos habilitados, según Paraison.
Otro punto de la agenda consistirá en un examen de la Convención de Lomé IV, que contempla la financiación de empresas de riesgo compartido entre ambos países en las áreas de salud, turismo, medio ambiente e infraestructura.
El gobierno haitiano consideraría la reducción del costo de la visa para facilitar el intercambio entre ambos países, una fuente confió a IPS. Una comisión mixta será reactivada en breve para estudiar todos los aspectos de las relaciones bilaterales.
La relación entre ambos países adoptó un nuevo giro a partir del 27 de febrero, cuando el presidente dominicano Joaquín Balaguer presentó su estimación anual presupuestal ante el parlamento.
Por primera vez en los últimos cinco años, Balaguer extendió una mano de amistad a Haití, describiendo a ambos vecinos -que comparten la isla de Hispaniola- como hermanos siameses.
Balaguer insistió también en la obligatoria separación política entre ambos países, pero destacó la necesidad de acercamiento en áreas específicas como salud, educación, medio ambiente y regularización de relaciones comerciales. (FIN/IPS/tra- en/imc/tt/ml/ip/96)
