El presidente de Haití, René Preval, pretende redefinir los términos de las relaciones entre su país y las instituciones financieras multilaterales (IFI).
Preval destacó a IPS que los términos de esta cooperación no deben ser determinados por esas instituciones, sino por el gobierno de Haití.
El mandatario señaló además una ausencia de coordinación entre el gobierno y las agencias gubernamentales encargadas de implementar proyectos o administrar fondos otorgados por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Así mismo, opinó que tales organismos deben ser reestructurados para que tengan un efecto positivo sobre el nivel de vida de la población.
"Estas organizaciones deben intervenir como parte de un plan integrado de desarrollo global, y no aplicar proyectos impuestos por las IFI sólo para compensar la ausencia de propuestas claras", observó.
Preval, quien desea redefinir "un nuevo estado", enfatizó la importancia de la participación popular en la adopción de decisiones, la definición de las necesidades y la implementación de proyectos regionales.
Lamentó el hecho de que ciertos proyectos hayan sido desarrollados o financiados sin ninguna evaluación real de las necesidades ni una definición objetiva de las prioridades, y de acuerdo con criterios políticos.
Las intervenciones deberían ser sinérgicas y estructurales, opinó, y manifestó su preferencia por proyectos del sector económico, capaces de generar ingresos, aunque reconoció la importancia de los proyectos sociales.
Posteriormente, en un discurso pronunciado en un foro sobre los problemas de la región noreste, en que participaron organizaciones populares, parlamentarios y gobernantes locales, el mandatario señaló que los préstamos de las IFI al gobierno deberían ser utilizados para crear riqueza.
"Si persistimos en realizar sólo proyectos sociales, ?cómo podremos restituir los préstamos recibidos?", preguntó, y aclaró que no cree que los proyectos sociales carezcan de importancia, "sino que deberían realizarse con los fondos producidos a partir de inversiones económicamente viables".
David Nicols, ministro de Agricultura durante la presidencia de Jean-Bertrand Aristide, admitió que en muchos proyectos se restó importancia a la función de los órganos estatales en beneficio de la intervención de organizaciones no gubernamentales (ONG).
Varios proyectos regionales, sin relación alguna con las necesidades de la población, fueron realizados por unas 60 ONG respaldadas por instituciones financieras multilaterales, admitió Nicols.
En su exhortación a controlar las actividades de las ONG, el ex ministro advirtió que el reestablecimiento de la autoridad del Estado, mencionado por el presidente Preval, no será eficaz sin la elaboración de un plan nacional de desarrollo. (FIN/IPS/tra- en/imc/tt/ml/ip-if/96)