El enviado especial de las Naciones Unidas (ONU) en Haití, Enrique ter Horst, apeló en la noche del lunes a la organización mundial para que renueve el financiamiento a la Misión Civil Internacional de Derechos Humanos (Micivih) en este país caribeño.
La Asamblea General de la ONU debate en estos días una petición del presidente de Haití, René Préval, para mantener a los observadores, pese a que su mandato expiró oficialmente en febrero.
En una declaración distribuída por un portavoz, el diplomático venezolano afirmó que la misión conjunta de la ONU y la Organizacion de Estados Americanos (OEA) deberá jugar "un papel muy importante en los próximos meses, en el posterior fortalecimiento de las instituciones" democráticas haitianas.
"Por más de tres años, Micivih ha sido un factor determinante en el apoyo de la comunidad internacional a Haití", agrega.
"A pesar de las multiples vallas y dificultades, sus observadores han trabajado valientemente para esclarecer la situación de los derechos humanos en Haití durante el periodo del golpe (1991-94)", subraya el documento.
La Micivih arribó al país a principios de 1993, como parte del esfuerzo internacional desplegado para restaurar la democracia en Haití, tras el sangriento golpe militar que derribó en 1991 al gobierno democrático del presidente Jean Bertrand Aristide, tras siete meses de ejercicio.
Su presencia sirvió para aminorar la represión desatada por los golpistas contra los partidarios de Aristide, que causó la muerte a unas 3.000 personas y empujó al exilio a cerca de 300.000 de los siete millones de habitantes del país.
Aparte de las investigaciones sobre violaciones de los derechos humanos, los funcionarios de la Micivih colaboran actualmente en la reforma del sistema judicial haitiano.
Abogados y representantes de las organizaciones de derechos humanos se quejan de que la Micivih ha mantenido en reserva importante información, indispensable para someter a juicio a los principales responsables de las atrocidades cometidas en el periodo dictatorial.
Ni un solo representante de los antiguos jerarcas o mandos medios del ejército y las fuerzas paramilitares haitianas (Tontons Macoute) ha sido encarcelado y juzgado desde septiembre de 1994.
En esa fecha, unidades de la Infanteria de Marina de Estados Unidos invadieron Haití, disolvieron el ejército y los grupos paramilitares, y reinstauraron en el poder a Aristide, quien finalizó su mandato en febrero pasado, tras gobernar en total dos de los seis años de su mandato. (FIN/IPS/ak/ag/ip/96)