Los presidentes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú iniciaron hoy su primer día de cumbre andina con una agenda casi exclusivamente ceremonial, mientras los cancilleres prepararon los acuerdos en la sombra.
Además de la reforma institucional del Grupo Andino, trascendió que la declaración de Trujillo contendrá también pronunciamientos sobre el narcotráfico, la corrupción y la paz.
Un pronunciamiento especial, para el que presentaron proyectos de texto Bolivia, Colombia y Perú, critica la práctica del gobierno de Estados Unidos de certificar, o descalificar, la política antidrogas de otros países.
Los tres proyectos coinciden en el rechazo de la decisión de Estados Unidos de utilizar su derecho a veto en los organismos multilaterales de crédito contra los países que a su juicio no colaboran en forma eficaz en la represión del narcotráfico.
Se estima que la declaración destaque la responsabilidad estadounidense como principal mercado de drogas y, por tanto, respaldo fundamental de las organizaciones de narcotraficantes internacionales.
En la cumbre de Trujillo, en la que destaca la ausencia del presidente de Venezuela, Rafael Caldera, participan los mandatarios Gonzalo Sánchez de Lozada, de Bolivia, Ernesto Samper, de Colombia, Sixto Durán Ballén, de Ecuador, y Alberto Fujimori, de Perú.
Además, se encuentra el presidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares, cuyo país espera ingresar al Grupo Andino.
En su primera noche en Trujillo, los presidentes visitantes fueron aplaudidos a su paso por las embanderadas calles de la ciudad, típica por sus casas coloniales, con tallados balcones de madera y ventanas enrejadas.
El presidente de Ecuador, país con el que Perú sostuvo a principios del año pasado una guerra no declarada por una disputa limítrofe aún no resuelta, agradeció con los brazos en alto los aplausos y los llamados a favor de la paz.
El tema del conflicto entre Ecuador y Perú no será tocado específicamente en la cumbre andina de Trujillo, ni habrá conversaciones bilaterales entre Durán Ballén y Fujimori, según anticiparon los cancilleres de ambos países, Galo Leoro y Francisco Tudela.
No obstante, como ya hicieron en Quito en septiembre pasado, los mandatarios de ambos países se dieron públicamente la mano en varias ocasiones, ante el aplauso de representantes oficiales y el público presente.
Las actividades de los presidentes comenzaron este sábado con la inevitable ofrenda floral ante la estatua del Libertador Simón Bolívar, que unió históricamente a los países andinos.
La inauguración, a cargo de Fujimori, tuvo lugar en el salón de la Universidad de Trujillo, una antigua iglesia barroca jesuita en donde el alcalde, José Murgia, entregó a los presidentes la llave de la ciudad.
Los mandatarios visitaron luego la ciudadela de Chan Chan, los restos arqueológicos de la ciudad de barro más grande del mundo, construída por los habitantes de esta zona hasta que fue invadida por los incas, y les fue ofrecido un almuerzo criollo, ante un desfile de caballos de paso y bailes regionales.
En su discurso inaugural, Fujimori señaló la urgencia de adaptar el proceso de integración al dinamismo que muestra el comercio internacional, que obliga a avanzar a mayor velocidad para proyectarse no sólo al mercado regional, sino también al resto del mundo.
Esto "demanda un esfuerzo mancomunado, extraordinario, para superar puntos de conflicto en el esquema de integración andina", afirmó el mandatario peruano.
"De allí la importancia del rol de la armonización de políticas y el énfasis en el desarrollo de infraestructura vinculadas a la consolidación del proceso. Si nuestras políticas se muestran a este respecto conservadoras los avances evidentemente serán más lentos", advirtió.
Fujimori señaló como otros "elementos vitales" la paz regional y la consolidación de la pacificación nacional en países como Perú, que vivieron períodos de violencia que amenazaron traspasar sus fronteras.
"Señalo especialmente la paz regional, porque tiene que convertirse en un elemento que permita que seamos considerados países sin el tipo de alto riesgo que supone una guerra", dijo.
"Es nuestro deseo, y no creo equivocarme al decir que también del gobierno y del pueblo ecuatorianos, continuar avanzando en el proceso de paz que se inició con la declaración de Itamaraty y que ha contado con el apoyo de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro", concluyó Fujimori. (FIN/IPS/al/ag/ip-if/96)