Eslovaquia y la República Checa, naciones unidas en un solo país hasta 1993, compiten por la construcción de sendas rutas rápidas que pretenden integrar al corredor entre los mares Báltico y Adriático, clave en el tráfico transeuropeo.
El gobierno de Eslovaquia aceleró los trabajos de la carretera que atravesará el territorio del país de norte a sur. Pero la alternativa a través de la República Checa está aún sobre la mesa, lo que obliga a Bratislava a una carrera para ver qué país concluye antes las obras.
El primer ministro de Eslovaquia, Vladimir Meciar, asumió la carretera como una prioridad de su gestión, y pretende concluir una vía rápida entre Bratislava, la capital del país, y Zilina, en el noroeste, en cinco años.
La ruta tendrá 200 kilómetros de longitud, y ya se abrió al tránsito la mitad, de cuatro carriles de ancho.
La carrera entre los dos países es de conocimiento público desde este mes, cuando el primer ministro de Polonia, Wlodzimierz Cimoszewics, afirmó que su país podría construir una carretera hasta la frontera con la República Checa.
El anuncio de Cimoszewics abre la posibilidad de una ruta alternativa y paralela a la eslovaca, entre Ostrava y Brno, en territorio checo.
Esto provocó temores entre el gobierno de Meciar, pues supusieron que Varsovia planeaba abandonar el acuerdo de construir una conexión entre la carretera polaca AI con la que une Zwardon y Skalite, en la frontera de Eslovaquia.
La eventual renuncia de Polonia al acuerdo dejaría a Eslovaquia fuera de la ruta transeuropea entre el Báltico y el Adriático.
El periódico Pravo, de Praga, informó también que el gobierno de la República Checa acelera los trabajos de la carretera entre Ostrava y Brno con la intención de influir en las decisiones finales respecto del trazado final de la ruta transeuropea.
Mikulas Dzurinda, ministro de Transporte del anterior gobierno de Eslovaquia y actualmente legislador de la oposición, considera el anuncio de Cimoszewicz como "un retroceso del país en su competencia con la República Checa".
"Existe 95 por ciento de certeza de que Eslovaquia está perdiendo el corredor Báltico-Adriático", dijo Dzurinda al periódico Narodna Obroda, de Bratislava.
Sin embargo, en una reunión celebrada en Budapest, representantes de los gobiernos de Polonia y Hungría dijeron a Dezider Szabo, alto funcionario del Ministerio de Transporte de Eslovaquia, que el denominado "corredor multimodal de tráfico transeuropeo número seis" atravesará su país.
Los eslovacos argumentan que su ruta Katowice-Zwardon-Zilina- Bratislava es más corta que la alternativa checa. Pero el terreno entre el poblado polaco de Zywiec y la frontera eslovaca es difícil, y construir una vía rápida allí sería muy caro.
Szabo aseguró que esos problemas son fácilmente solucionables, a pesar de lo cual la competencia entre los dos países otrora unidos continúa.
El tiempo será un factor determinante. La ruta transeuropea correrá a través del país que complete más rápido las obras, que no sólo comprenden nuevas carreteras sino también la modernización de las vías férreas.
El gobierno de Meciar resolvió enfrentar el desafío. Los trabajos comenzarán cerca de la frontera con Polonia en abril. Se prevé que la conexión de la otra cabecera de la ruta, cerca de Bratislava, con carreteras húngaras y austríacas estará concluida en 1997 y 1998, respectivamente.
Sin embargo, Dzurinda y distintos informes periodísticos sostuvieron que los fondos que insumirán esas construcciones no están todavía identificados.
El costo de la renovación de las vías rápidas eslovacas, que estará finalizada en el 2005 e incluye, además de la contribución a la ruta transeuropea de norte a sur, carreteras de este a oeste, se estima en 4.500 millones de dólares.
Apenas 225.500 dólares han sido obtenidos para el primer año de trabajo, cifra que incluye 101.000 dólares que deberán solventarse con una emisión de bonos del estado. Bratislava aspira a obtener parte del financiamiento por medio de peajes en las carreteras ya concluidas y otra parte del exterior.
Hitoshi Tonomura, vicepresidente de la compañía Nomura Securities de Japón, se reunió con Meciar a principios de marzo para considerar inversiones por 1.000 millones de dólares en Eslovaquia, parte de las cuales podría destinarse a infraestructura carretera.
El gobierno de Eslovaquia también pretende obtener financiamiento de la Unión Europea, que invertirá 381.000 millones de dólares en los próximos 15 años en la construcción de una nueva red de transporte. La congestión de la actual ocasiona pérdidas por 152.000 millones de dólares al ano.
La Red Transeuropea planeada por el bloque involucra carreteras, vías férreas y conexiones aéreas y marítimas. Una de sus finalidades esenciales es vincular los confines de Europa con el centro del continente. (FIN/IPS/tra-en/pf/rj/mj/tr/96)