La conexión a Internet, el uso de modernos sistemas de mercadotecnia y el estreno de las "esquinas parlantes" son los más recientes recursos usados por los políticos españoles para movilizar a una ciudadanía saturada, en las vísperas de las elecciones generales de este domingo.
Este nuevo diseño de campaña, del que ningún partido ha querido quedar al margen, tiene su origen en la apatía con que el electorado asumió esta convocatoria a las urnas, más que en la irrupción de las veloces y modernas autopistas de la información.
En buena medida esa apatía ha sido fruto de dos años de duras agresiones políticas entre el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la coalición Izquierda Unida (IU) y el centroderechista Partido Popular (PP), las tres mayores fuerzas de implantación nacional.
Con cotidianas acusaciones de corrupción económica y política, muchas de ellas tristemente verídicas y comprobables, la ciudadanía escapa a la grandilocuencia de los candidatos y espera el 3 de marzo con su voto mayoritariamente decidido.
Esa situación, constatada en todos los sondeos de opinión, también se ha visto reflejada en la débil asistencia a los mitines y en la audiencia de los programas televisivos.
Tales mediciones han certificado que los televidentes han perdido interés y pasan de canal en canal en búsqueda de otros programas más lúdicos y distendidos.
Un ejemplo de esa situación lo dio, a comienzos de febrero, la suspensión del espacio "Especial elecciones", programado por la privada Tele 5 para debatir las propuestas de los partidos políticos, todos los jueves por la noche.
El programa apenas estuvo una noche en antena. "Nos rendimos, no podemos más y tiramos la toalla", expresó Luis Mariñas, su director, al día siguiente de levantar la programación.
El disgusto de Tele 5 se debió a que mientras Mariñas presentaba un debate sobre el asesinato del catedrático Francisco Tomás y Valiente por los separatistas vascos, la estatal Televisión Española (TVE) lo superó en audiencia (9,1 por ciento frente a 46,1 por ciento) con una serie de la actriz Lina Morgan.
"Sabíamos que podíamos perder audiencia, pero nunca imaginamos semejante diferencia", concluyó Mariñas.
En las anteriores elecciones parlamentarias, en 1993, 10 millones de personas (62 por ciento de cuota de pantalla) siguieron el primer debate entre el candidato del PSOE, Felipe González, y el del PP, José María Aznar.
En un segundo debate la cifra ascendió a 12 millones de espectadores y 75 por ciento de cuota de pantalla.
Sin embargo, tres años más tarde, los programas televisivos que abordan el tema electoral no alcanzan a estar, siquiera, entre los 20 más vistos del día.
María Antonia Iglesias, jefa de los Servicios Informativos de TVE, cree que se debe a que "la gente está saturada de mensajes políticos y ya tiene el voto decidido".
Otros analistas van más lejos y achacan el problema a que el electorado está cansado, decepcionado por la ausencia de un verdadero debate político, por el horario (casi de madrugada) en que se emiten esos espacios y por la dura competencia que se hacen unos a otros.
Además, la televisión pública ha sido acusada de dar un tratamiento informativo favorable a González, en desmendro de las opositoras IU y PP.
La acusación se basa no sólo en la gran concentración de noticias del PSOE en los informativos generales, sino también por la distribución de los espacios electorales y los "especiales elecciones".
Al respecto, la Junta Electoral rechazó, el miércoles 28, el calendario de entrevistas electorales elaborado por la Dirección General de Radio y Televisión española (RTVE) y prohibió la presencia de González ante las cámaras el 1 de marzo, día de cierre de campaña.
Con esa programación, RTVE "vulneró el principio de neutralidad informativa de los medios de titularidad pública", subrayó la Junta Electoral.
La actitud de apatía del electorado español preocupa especialmente a los responsables de imagen de los líderes políticos y los lleva a aprovechar cada uno de los segundos en que éstos son enfocados por una cámara de televisión.
Con ese objetivo, portan un pequeño "mando a distancia", mediante el cual le avisan al orador que el técnico ha conectado con el telediario, para que de inmediato introduzca en su discurso un mensaje especial, preparado con antelación y destinado a impactar a los espectadores.
Pero los españoles no son los únicos que han cambiado sus hábitos televisivos.
Expertos de todo el mundo buscan vías alternativas para impactar con sus mensajes, tras conocer que 32 por ciento de norteamericanos, usuarios de Internet, aseguran que no miran la televisión desde que están conectados a esa red mundial de telecomunicaciones.
La apatía cada vez mayor de los ciudadanos, cansados de los mensajes políticos incumplidos y de los cada vez más prolongados cortes publicitarios, ha llevado a los responsables de campañas a afinar el mensaje y la mercadotecnia que utilizan para transmitir los programas electorales.
Cada palabra, dicen, tiene que significar un "voto útil", y útil es aquél que se transforma en una papeleta colocada en la urna el día de la votación.
En ese sentido, dos nuevos fenómenos han sido estrenados en esta ocasión en España.
El primero ha sido la utilización de modernos sistemas de mercadeo, bases de datos y programas informáticos, que les han permitido elaborar mapas de distritos "calle a calle", con información de primera mano sobre el perfil socioeconómico zonal del electorado.
Sondeos de este tipo son utilizados comúnmente por empresas o grandes comercios para elegir el sitio donde asentarse.
Con esa información en la mano, los responsables de las campañas electorales han diseñado la estrategia correspondiente a cada zona.
A partir de saber cuáles les son propicias, qué tipo de mensaje enviar al elector, dónde intensificar la acción y en el caso del PP, en cuál de ellos instalar sus "esquinas parlantes", estrategia, esta última, copiada de las campañas norteamericanas.
Segun Alfonso Rubio, director general adjunto de la empresa Enri-España, una de las que comercializa los programas de información geográfica, es lo mismo buscar clientes que buscar votos y los partidos políticos españoles así lo han entendido.
El asesor externo del PP y verdadero cerebro de los análisis que utiliza José María Aznar, Pedro Arriola, admitió que utiliza el micromarketing porque obtiene información mucho más precisa para sus objetivos.
Los datos estadísticos que este sistema ofrece permiten conocer con mayor precisión las inquietudes de los ciudadanos, admite a su vez Julian Santamaría, director de campaña del PSOE.
Pero aún con tanta precisión informática, el PP no se confía y ha movilizado a todos sus afiliados y simpatizantes, dándoles a cada uno una tarea. De esa forma, aparecieron por primera vez en España las "esquinas parlantes".
Desde hace dos semanas, grupos compuestos por entre seis y 10 personas, en su mayoría jóvenes, llegan a esquinas muy transitadas, instalan una tribuna y, micrófono en mano, improvisan un mitin con intervenciones que duran aproximadamente cinco minutos cada una.
Las intervenciones critican con dureza al gobierno del Psoe y las propuestas de IU, otras se limitan a explicar el programa del PP.
Con estas acciones, realizadas indistintamente por mujeres que hasta ahora no habían intervenido en política, jóvenes estudiantes y otros voluntarios y voluntarias, los populares concentran por momentos hasta cien personas en cada punto, con las cuales coinciden o disienten.
"Lo que queremos es llegar directamente a todos los ciudadanos y de manera más informal que los políticos", dicen los responsables de esas acciones eficaces e imprevistas. Sin embargo, no todo son rositas y en mas de una ocasión los oradores han recibido algún que otro baldazo (cubo) de agua fría y en días de bajas temperaturas. (FIN/IPS/af/jc/ip/96)