El jefe de Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), golpeado por cortes de fondos, dijo que la principal entidad de asistencia al extranjero de Washington será en el 2000 totalmente distinta a lo que es ahora.
En primer lugar, será más difícil de encontrar. USAID tendrá actividad sólo en 75 países, y no en los 120 en los que estaba presente en 1993. A esto se agrega que verá reducido el número de sus misiones en el extranjero, de las más de 70 que desarrolló hace tres años a no más de 30 dentro de cuatro.
Además, el personal de esta agencia de 35 años de antigüedad pasará de 11.000 funcionarios a 8.000 en el mismo período.
Estos cortes no significan que USAID se convertirá en una entidad irrelevante, según su administrador, J. Brian Atwood, quien el año pasado resistió con éxito la campaña emprendida por el Partido Republicano para suprimir la agencia.
Por medio de la descentralización, el trabajo conjunto con otras instituciones de asistencia y el otorgamiento de "licencias" a organizaciones no gubernamentales (ONG) clave en países donde no tendrá presencia activa, USAID continuará "a la vanguardia", según Atwood.
El funcionario aseguró a un grupo de representantes de ONG que la agencia seguirá "cumpliendo importantes objetivos de Estados Unidos en materia económica y de política exterior en todo el mundo".
Desde la caída del muro de Berlín en 1989, se produjeron recortes presupuestales sin precedentes al presupuesto de asistencia exterior del país norteamericano.
En términos reales, la reducción de estos fondos en 12.000 millones de dólares dispuesta por el Congreso en enero lleva a la ayuda estadounidense a países extranjeros al más bajo nivel desde el comienzo de la guerra fría hace 50 años.
Este recorte puso al presupuesto de asistencia 3.000 millones de dólares por debajo de la propuesta del presidente Bill Clinton. Para los países más pobres del mundo, esto se traducirá este año en una reducción de alrededor de 30 por ciento a la ayuda que recibieron en 1995.
Casi la mitad de esos fondos está destinada a sectores como el militar, y, en consecuencia, no son administrados por USAID.
La agencia recibirá menos de 6.000 millones de dólares para administrar sus programas este año (15 por ciento menos que el año pasado). Treinta por ciento se destinará a países pobres de Africa subsahariana, Asia meridional y América Latina.
Atwood contuvo el año pasado en el congreso, en una dura batalla, los intentos del Partido Republicano por suprimir la agencia, encabezados por el ultraderechista presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Jesse Helms.
La "reducción presupuestal" reemplazó a la "contención" como "nuestra perspectiva central de operaciones en el extranjero", dijo el funcionario.
"Nunca contemplamos la posibilidad de que el compromiso de Estados Unidos pudiera ser puesta en discusión. Pero ese día llegó. En el futuro, la realidad política cambiará, pero no podemos hacerlo sólo con nuestros deseos", agregó.
Los anuncios de Atwood fueron bien recibidos por lo menos por el líder de una ONG, Lou Mitchell, de Agencias Privadas que Colaboran Juntas (PACT). Estos planes constituyen "la visión más fresca y dinámica que haya escuchado del gobierno de Estados Unidos", dijo Mitchell a IPS.
Los presupuestos de asistencia reducidos obligarán a un mayor énfasis en la colaboración con otras instituciones, según Atwood. El jefe de USAID exhortó a encontrar "caminos para el dinero destinado al desarrollo a través de la coordinación entre donantes".
Además, propuso "estímulos al capital privado y aliento a la conexión entre gobiernos y ONG para avanzar en la causa del desarrollo".
USAID entiende ahora, dijo, "la importancia de enfrentar los desafíos del desarrollo hasta las raíces por medio del fortalecimiento de la capacidad local".
Esta estrategia, anunciada por el vicepresidente Al Gore en la Cumbre Social celebrada en Copenhagen hace un año, apunta al establecimiento de siete misiones con el objetivo de involucrar a ONG y otras entidades de desarrollo de países clave como Bangladesh, Filipinas, Guinea, Haití, Kenia, Sri Lanka y Zambia.
Además, la agencia descentralizará la toma de decisiones y sus funcionarios tendrán mayor discrecionalidad para determinar el destino de sus financiamientos, dijo Atwood.
Al mismo tiempo, USAID dejará "las reformas macroeconómicas y financieras" en manos de instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
La agencia también establecerá una Oficina de Mercados Emergentes que suministrará asesoramiento y asistencia técnica a países de América Latina y Asia a través de la promoción del comercio y la inversión de Estados Unidos.
En la mayoría de esos países, la asistencia de USAID se interrumpirá en los próximos cinco años. (FIN/IPS/tra- eng/jl/yjc/mj/dv/96)