Con preocupación y alerta, autoridades brasileñas recibieron un informe de Naciones Unidas (ONU) según el cual para el año 2000,América del Sur y Asia tendrán apenas un tercio del volumen actual de agua.
En Sao Paulo, cuatro millones de personas viven con un subracionamiento del agua, por lo que es mayor el temor ante la posibilidad de que, a fines del milenio, los recursos de agua sean insuficientes para cubrir las necesidades de la población mundial.
El Tratado del Agua, organizado por el Foro Internacional de las organizaciones no gubernamentales durante la Conferencia Mundial de Medio Ambiente celebrada en 1992 en Río de Janeiro, clasificó al agua como un patrimonio común de la humanidad, que "la sociedad debe usar, preservar y conservar".
El agua es uno de los elementos más degradados de la naturaleza.
Del agua existente en el planeta, 97,6 por ciento es salada y de los 2,4 que quedan de agua dulce, 78,1 por ciento son inaccesibles, y gran parte del agua disponible está contaminada con productos químicos.
Sao Paulo es una ciudad cortada por ríos contaminados y los manantiales próximos se degradan día a día por la polución y por l ocupación desordenada del suelo.
Con 13,7 por ciento de reservas de agua del mundo, Brasil podría ser ajeno al problema del agua. Pero el líquido es tan fácilmente degradable que hasta los ríos más inaccesibles padecen con la polución derivada del uso del mercurio en la extracción de oro.
Una contaminación común es la provocada por el derrame de combustible de puestos de gasolina. Otro caso en Brasil es el de una fábrica de alcohol que inutilizó un pozo de agua subterránea al aplicar un subproducto del alcohol en una plantación de caña.
Las formas de captación y de uso del agua adquieren gran importancia frente al peligro de la escasez. Técnicos sugieren el estudio de la captación del agua de lluvia para el lavado de calzadas o para alimentar calderas.
La situación de los países pobres se vuelve más dramática cuando se comparan sus índices de consumo de agua con los países desarrollados.
Según la revista "60 millones de consumidores", los franceses ya están pagando el doble de lo que abonaban por el consumo de agua en 1985. "El agua, que parecía un regalo del cielo, inagotable y gratuita, s revela rara y preciosa en ocasiones", concluye. (FIN/ Consumers International-IPS/96)