Los clorofluorocarbonos (CFC), contenidos en 15 por ciento de los productos de uso común, son los principales causantes de la destrucción de la capa de ozono.
Insumos para refrigeración, extintores de fuego, solventes, espumas y aerosoles, entre otros, son manufacturados o complementados con CFC causando uno de los peligros ambientales más grandes de la actualidad.
A mediados de la década de los 80, científicos confirmaron que los CFC eran culpables del deterioro del ozono, capa atmosférica encargada de filtrar los rayos ultravioletas del sol para que no lleguen a la tierra.
Luego de que en 1985 se descubriera el agujero del ozono, brecha que se abre cada año durante la primavera del hemisferio sur afectando principalmente a la Antártida, los países del mundo tomaron medidas para evitar el continuo adelgazamiento de esta capa atmosférica.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) organizó la convención en Viena, donde 149 naciones firmaron el Protocolo de Montreal, compromiso destinado a acelerar la eliminación de las sustancias destructoras del ozono.
Este protocolo dio vida, a su vez, al Fondo Multilateral, el cual colabora con la comunidad internacional compartiendo información, transmitiendo tecnología y otorgando asistencia finaciera para que los países más pobres protejan el medio ambiente.
En México, el Instituto Nacional de Ecología (INE) se comprometió con el protocolo para reducir y eliminar para el año 2000 el consumo de sustancias agotadoras de la capa de ozono.
Actualmente, el INE desarrolla un programa nacional de proyectos de reconversión de procesos industriales, además de mantener la Unidad de Protección al Ozono, dedicada a la transferencia tecnológica y coordinación de esfuerzos para eliminar los CFC en México.
Muchos empresarios mexicanos han logrado, gracias a estas iniciativas, eliminar y reconvertir el uso de algunos productos que contienen CFC.
Ebn Chile, en tanto, la estatal Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama) realizó durante los meses de verano (diciembre- febrero) la campaña de información y propaganda Amigos del Sol.
Esta campaña tuvo como objetivo informar a la población sobre el daño producido por los CFC, los peligros del adelgazamiento de la capa de ozono.
En este sentido, Amigos del Sol comprometió a las industrias a especificar en los rotulados si sus productos son libres de CFC, mediante un sello verde cuya validez será fiscalizada por Conama.
La campaña también se destinó a informar a la población sobre las medidas que se debn tomra durante el verano para protegerse del sol, como el uso de bloqueadores solares y anteojos, además de evitar la exposición directa a la lkuz solar.
Inventados en 1928, los CFC se usan tanto para el control de calidad del aire y la temperatura, el acondicionamiento del aire, la conservación de enrgía y refrigeración así comop para mejorar la calidad de sonido e imágen de televisores, radios y equipos de video.
Los ambientalistas, en tanto, recomiendan preferir los artículos que se elaboran a partir de materias primas que no dañan el ambiente. (FIN/Consumers International-IPS/96)